¿Por qué 6 de cada 10 venezolanos no votaron en 2021?

¿Por qué 6 de cada 10 venezolanos no votaron en 2021?

Eugenio G. Martínez 

¿Qué motivó a votar a los venezolanos que participaron en las elecciones municipales y regionales del 21 de noviembre de 2021? ¿Cuáles factores influyeron en la decisión de quienes no acudieron a las urnas?
Los resultados oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE) en estos comicios votaron 42% de los electores inscritos (este dato no incluye el recalculo del Registro Electoral por la migración). En otras palabras 57,74% de los electores habilitados no acudieron a sufragar.
Según el análisis de los integrantes del Observatorio Electoral Venezolano (OEV) la abstención en las elecciones regionales y locales se ha consolidado históricamente en, aproximadamente, la mitad de los votantes. En el apartado de la participación, dentro de las votaciones de carácter regional efectuadas desde el año 2000, las de noviembre de 2021 han sido las de mayor abstención superando la de los comicios de octubre de 2004 (54,3%) y muy por encima de los de noviembre de 2008, consulta regional con el menor  porcentaje de abstención (33,55%) en los últimos 21 años.
¿Cómo entender las motivaciones de ambos grupos? ¿Es solo un tema de garantías electorales?
Para responder a estas preguntas el OEV encargó un estudio nacional poselectoral al Instituto Delphos para conocer los motivos que influyen en la toma de decisión de la población para ir o no a votar, y su percepción sobre aspectos relacionados con las condiciones electorales.
El trabajo de campo de esta encuesta se realizó luego del día de las elecciones regionales (21 de noviembre de 2021) y antes de la repetición de la elección del cargo de gobernador en el estado llanero de Barinas y la anulación de la solicitud de referendo revocatorio en contra de Nicolás Maduro.
En las notas metodológicas del estudio se aclara que los resultados deben ser interpretados en función de los grupos entrevistados: los que votaron y los que no votaron, y no en términos generales de proporciones poblacionales del país.

 

El chavismo, el mas motivado
Los encuestados para este estudio se dividieron en dos grupos del mismo tamaño. Uno de ellos incluía a personas mayores de 18 años que sí votaron en las Elecciones Regionales y Municipales de 2021, y el otro a personas del mismo rango de edad que decidieron no votar en la contienda electoral.
Según estudios realizados previamente por Delphos, en términos generales, un 25% del electorado venezolano se identifica como chavista-madurista (oficialismo), un 30% como oposición y el restante que ronda el 45% no se identifica con ningún partido político.
Durante esta encuesta, se pidió la auto identificación política de los participantes dando las siguientes opciones: chavista resteado con Maduro, chavista descontento con Maduro, oposición que no apoya al liderazgo, oposición que sí apoya al liderazgo y ninguno.
De los que sí votaron, el 43% se identificó como opositor y el 35,3% se identificó como del oficialismo. El resto (21,7%) no se identificó con ningún bloque.
Según el análisis del OEV a pesar de estos números, la alianza del Gran Polo Patriótico (GPP) obtuvo la mayoría de los cargos disputados: 19 gobernaciones de las 23. En el caso de las alcaldías, el GPP se hizo de 212 mientras que la Plataforma Unitaria alcanzó 62, la Alianza Democrática 38 y otros partidos 23.9
Estos resultados no se correlacionan con la auto identificación política de los entrevistados. Hay varios factores que pueden influir: que el 21,6% de los que no se identifican con ningún partido político inclinan la balanza hacia el oficialismo; la división entre la oposición que sí apoya el liderazgo (22,5%) y la oposición que no apoya el liderazgo (20,5%), lo que se puede traducir en la dispersión del voto ante la oferta de varios candidatos opositores optando al mismo cargo.
En el caso de los que no votaron, la mitad de los encuestados no se identifica con ningún grupo político (un 50,2%). Por otro lado, el 36% se considera de oposición mientras que solo un poco más de 13% se identifica como simpatizante del oficialismo.
Se puede concluir que el oficialismo tiene una mayor tendencia a participar en los procesos electorales y que la oposición tiene una menor capacidad de movilización política, así como menos motivación política, si se compara con el chavismo-madurismo.

Esperanzados
De los que sí votaron, un 66,9% dijo sentirse esperanzado y, si lo segmentamos según su identificación política, el chavista-madurista es el que más destaca. Una de las variables que puede influir es que son los que se encuentran actualmente en el poder y no hay posibilidades de cambio inmediato.
De los que no votaron, el 35,2% se siente esperanzado a pesar de no haber participado en la elección. En este punto hay que considerar que la palabra “esperanzado” puede tener un significado diferente para cada persona y puede deberse a diferentes razones. En este caso, se está entendiendo “esperanzado” a un estado de ánimo positivo ante el futuro.
El reconocimiento de estos resultados por parte del chavismo-madurismo y también del CNE podría aumentar el porcentaje de esperanza entre los electores para futuras elecciones. Sin embargo, menos de un mes después, el ente rector obstaculizó atropelladamente una eventual solicitud de referendo revocatorio presidencial, violando de nuevo un derecho constitucional de los venezolanos.

Valores democráticos
En el informe elaborado por el OEV se destaca que el estudio dos preguntas estuvieron orientadas a conocer los motivos por los cuales los encuestados decidieron ir o no a votar. En el caso de los que votaron, si miramos las respuestas de manera agrupada, la esperanza de cambio lidera las razones con un 54,4%. Mientras que la confianza en los valores democráticos alcanza el 44,9%. Incluso, la respuesta principal a la pregunta “¿Qué le hizo tomar la decisión de ir a votar?” fue que “votar es un deber/un derecho”.
En los informes previos de la encuestadora Delphos se ha ido advirtiendo que “el número de personas con confianza aún en los valores democráticos ha ido disminuyendo en los últimos años, aunque aún no representa una situación crítica en Venezuela (…) Tanto es así que el 74,7% de los que votaron y el 59,7% de los que no votaron consideran que en Venezuela se debe seguir luchando por una solución electoral al conflicto político.
Por otra parte, el 61,5% de las personas que sí votaron están de acuerdo con la expresión “esta elección demostró que sí se le puede dar la pelea al gobierno en lo electoral”, y de quienes no votaron el 45,6% está también de acuerdo.
Otro motivo para decidir ir a votar de algunos de los encuestados fue la obligación. Aún hay personas que son obligadas a votar por diferentes razones: ser funcionarios, porque sus hijos son militares, por coacción o amenazas. Representaron un porcentaje de solo el 2,7%

La mitad de los que no votaron el 21N no se identifica con ningún grupo (50,2%). 36% se considera de oposición y 13% es oficialista (..) El oficialismo tiene mayor tendencia a participar y la oposición tiene una menor motivación política

“No estaba en la ciudad”
Según el informe del OEV si se analizan las respuestas sobre los motivos para no ir a votar, se encuentra el desánimo (27,8%), la desconfianza en el sistema (27,2%), el no estar convencido con la oferta (8,4%) y problemas del sistema (2,7%). Pero, la mayoría de los motivos han sido mecánicos (31,8%).
Con mecánicos se quiere decir que la persona no estaba en la ciudad, no pudo trasladarse, no tenía gasolina, había problemas en las carreteras, etc.
Causa curiosidad para los encuestadores que la mayoría de las respuestas a la pregunta “¿Qué le hizo tomar la decisión de NO ir a votar?” haya sido “no estaba en la ciudad”. Muy por encima de “no creo en el CNE” o “mal estado de salud”.
Es un aspecto que debe ser estudiado y profundizado en otro estudio. Con la información que se tiene hasta ahora no se pue-de determinar las causas específicas de que un 21% de la muestra que no votó haya respondido que no estaba en la ciudad de inscripción electoral.
Para los investigadores hay varias hipótesis. Una de ellas, la migración interna, forzada o no, por la crisis generalizada que sufre el país y el deterioro de la calidad de vida13. Otra, la cuarentena impuesta por la pandemia del covid-19 que sorprendió a muchas personas lejos de casa y, para la fecha de la elección, aún no habían regresado.
Una tercera realidad radica en el problema de las migraciones inconsultas de centros de votación. En este sentido, en un estudio estadístico por muestreo del OEV, con base en 2.932 entre vistas realizadas en los 23 estados y el Distrito Capital durante octubre de 2020, se encontró que el 6,07% de electores de la muestra había sido cambiado de centro de votación sin que lo hubiera solicitado. Unos no se habían enterado; quienes ya lo sabían, afirmaron que lo hizo por ellos el CNE.
En agosto de 2021, por su lado, el CNE dio a conocer un estudio sobre los niveles de satisfacción de los electores en relación con su centro de votación donde le corresponde sufragar y el 80,7% de los encuestados dijo sentirse muy satisfecho. Sin embargo, el 13,3% de los encuestados dijo que no tiene su residencia cerca del centro de votación correspondiente.

Condiciones electorales objetivas versus percibidas
Aunque los comicios del 21 de noviembre destacaron el ventajismo del partido de gobierno a través de su injerencia sobre todas las instituciones del país, la falta de consenso de la oposición para unificar candidaturas y la inhabilitación por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE) a dirigentes del chavismo disidente, oposición moderada y del G4 (actualmente conocido como Plataforma Unitaria) la percepción de estas elecciones ha sido generalmente positiva.
El OEV destaca en su informe que más del 50% de los que sí votaron tienen la percepción de que hubo presencia de testigos en todas las mesas, que había expertos internacionales de la Unión Europea para observar el proceso y una directiva del CNE más equilibrada. Cifras que bajan entre el grupo de los que no votaron, pero que se mantienen sobre el 30%.
El OEV destaca que existe una percepción general de que las cosas mejoraron en algo. Dentro del grupo de personas que sí votaron, un 56,2% respondió estar de acuerdo con la afirmación “aunque falta mucho por avanzar, en estas elecciones las condiciones mejoraron algo”. De ellos, un 45% pertenece a los grupos que se auto identifican como no alineados o de oposición sin liderazgo.
Se percibe una gran desinformación en torno a estos aspectos relacionados con las elecciones (presencia de expertos internacionales, directiva del CNE, presencia de testigos en las mesas, auditoría de las máquinas de votación, acreditación a observadores nacionales plurales, entre otros). Expertos en el tema electoral coinciden en que el ente comicial ha dejado a un lado el esfuerzo comunicacional que le corresponde, reduciendo la difusión de información en profundidad hacia los electores19.
Desde el lado de la oposición no parece existir una estrategia de comunicación política eficaz. En primer lugar, porque la oposición dista mucho de ser una entidad homogénea. El pluralismo que existe en el seno de la MUD reduce la posibilidad de construir un mensaje unívoco20, junto con la creación de la Plataforma Unitaria producto de la coyuntura electoral, pero sin mayor trabajo de base y acuerdo de objetivos claros en medio la di-versidad21. Además, del pluralismo en el seno de la MUD, hay partidos y grupos no oficialistas que tampoco se identifican con la coalición. Por lo tanto, las iniciativas para comunicar las condiciones de estas elecciones de 2021 fueron insuficientes.
Esto afecta en la confianza de los electores. Tanto es así que el 46,3% de los que no votaron en la muestra están de acuerdo con la expresión “no confío en los partidos de oposición”.

En los informes previos de la encuestadora Delphos se ha ido advirtiendo que “el número de personas con confianza aún en los valores democráticos ha disminuido en los últimos años, aunque aún no representa una situación crítica 

¿Y las presidenciales?
En el estudio se indagó sobre la disposición a votar en una elección presidencial futura y en el supuesto de que participe tres candidatos: uno del gobernante PSUV, uno de la opositora MUD y una de otras organizaciones políticas opositoras.
El 73,3% de los que votaron en las llamadas “mega elecciones” están totalmente seguros de ir a votar en la elección de un presidente, mientras que de los que no votaron solo el 31,9% está totalmente seguro de ir a votar en una próxima contienda electoral presidencial.
En cuanto a la auto identificación política, la intención de voto tiene una mayor tendencia en el chavismo-madurismo que en la oposición. Esto se ve reflejado en la pregunta “por cuál candidato votaría entre las tres opciones presentadas (PSUV, MUD y una de las otras organizaciones políticas opositoras)”.
De los que declararon estar seguros de ir a votar en unas fu-turas elecciones presidenciales, y además votaron en las regionales-municipales, la mayoría (39,9%) votaría por un candidato del PSUV. Caso contrario con quienes no fueron a votar en las mega elecciones: la mayoría (43,2%) iría a votar por el candidato de la MUD.

 

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About The Author

Eugenio Martinez es comunicador social especializado en análisis de temas electorales y políticos. Se desempeñó durante 17 años como responsable de la cobertura electoral del diario El Universal. Como periodista, ha cobrado las más de 25 elecciones celebradas en Venezuela desde 1998. Conferencista y articulista en varios portales informativos, es integrante del consejo de expertos electorales de la organización Transparencia Electoral. Es autor del libro de análisis del proceso comicial del año 2006 en Venezuela ¿Por qué pasó lo que pasó? y coautor del libro Más allá del movimiento estudiantil en donde se analiza a la nueva generación política de Venezuela.

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