GOBIERNO INTERINO ASPIRA A REIMPULSAR LA ESTRATEGIA DE 2018 y 2019

Eugenio G. Martínez / CarpeDiem Report

“Partíamos del hecho de que no iba a ser una crisis duradera. Genuinamente lo creíamos, puede encontrar citas mías y de (Elliott) Abraham, diciendo: no es un tema de años o meses, es un tema de semanas y eso era obviamente incorrecto”. La declaración de Carrie Filipetti subsecretaria adjunta del Departamento de Estado para Cuba y Venezuela durante la administración de Donald Trump revela la ausencia de estrategia en la oposición venezolana durante los últimos años.

Con la llegada del cuarto año del Gobierno Interino de Juan Guaidó apareció la ruptura definitiva entre la mayoría de los integrantes del G4 (Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo) con el Gobierno Interino (Voluntad Popular y partidos minoritarios).

La estrategia del Gobierno Interino a partir de 2022 para el Gobierno Interino se centra en la conformación de la coalición Salvemos a Venezuela, en donde solo participan los integrantes de Voluntad Popular y los partidos minoritarios y algunos grupos de la sociedad civil. Antes de Salvemos a Venezuela la oposición (unida) enarboló las banderas de la Operación Libertad, Pacto Unitario y el Acuerdo de Salvación Nacional. Sin embargo, todos estos planes se han centrado en cinco elementos:

• Propiciar la unidad de la oposición (por esta vía se creó la Plataforma Unitaria que representa a la oposición en México). Sin embargo, en el caso de Salvemos a Venezuela, solo se ha logrado que a esta iniciativa se unan los sectores e individualidades que aún hacen vida en torno al interinato.
• Otra de los elementos que es similar entre los planes que ha ejecutado la oposición es intentar ejercer mayoría y presión interna en la calle a través de la organización ciudadana y partidista
• Luchar por unas elecciones justas y transparentes (el gobierno encargado ha sido resistente a participar en elecciones sin antes obtener condiciones de competitividad). En el discurso de Guaidó a través de Salvemos a Venezuela se insiste en la necesidad de acordar elecciones presidenciales y parlamentarias. No obstante, sus interlocutores en Washington y Europa insisten en que no habrá elección presidencial con garantías en 2024, por lo que es necesario prepararse para un nuevo boicot, similar a la 2018. Este discurso explica porqué la oposición no se aboca a tareas urgentes como lograr la inscripción de 5 millones de electores potenciales que se encuentran en el extranjero.
• Otra de las líneas discursivas en torno a Salvemos a Venezuela (como en los planes anteriores) es lograr fortalecer y ampliar el respaldo internacional al Gobierno Interino.
• Lograr un acuerdo político con la coalición gobernante que incluya garantías y levantamiento progresivo de sanciones a cambio de restitución de derechos (en este caso a través de las negociaciones en México)

Adicionalmente el Gobierno Interino se prepara para el debate político interno manipulando el precario quorum con el que cuenta la Asamblea Nacional electa en 2015.  El presidente Interino Juan Guaidó ha advertido reiteradamente que la mayoría de AD, PJ y UNT en la Asamblea Nacional electa en 2015 “es y debe ser circunstancial”. Para lograr este objetivo los grupos minoritarios como Voluntad Popular o el Bloque por la Concertación se han planteado la estrategia de incorporar diputados suplentes (aunque no fueran proclamados por el CNE en 2015) para lograr tener mayoría en la próxima sesión del pleno. Estas incorporaciones se realizaron violando la institucionalidad parlamentaria al aprobarse en la Comisión Delegada y no a través de una sesión ordinaria.

Por otra parte, los grupos políticos opositores disidentes del Gobierno Interino se han embarcado en procesos de relegitimación de sus autoridades, pensando en un escenario electoral que debe concretarse a través de la mesa de negociación en México.

No obstante, la oposición en general está paralizada. Hasta el debate sobre la realización de primarias ha quedado relegado después que la administración de Biden decidiera romper con una de las principales estrategias de Política Exterior de EEUU hacia Venezuela que se centraba en evitar cualquier contacto directo entre la Casa Blanca y Miraflores y ceder la interlocución a la intermediación del Gobierno Interino.

La decisión de la Casa Blanca generó la paralización de los sectores políticos disidentes del Gobierno Interino, mientras estos centraron su respuesta a la agenda político-electoral del senador (Rep.) Marco Rubio en Florida.

Reinstitucionalización

En el anterior informe indicamos que superado el empate catastrófico entre chavismo y oposición Venezuela había iniciado una transición, no a una democracia, sino a un sistema más cómodo para el chavismo-madurismo. En este sentido, por ahora el sector reformista del gobierno de Maduro sigue moviéndose para intentar concretar un pluralismo negociado y es probable que se produzcan cambios relevantes en la autoridad electoral para el ciclo 2022-2024 que estén atados a la reanudación de las conversaciones en México.

No obstante, el chavismo más radical espera concretar un control hegemónico desde la perspectiva política. En este momento, el control del proceso político venezolano recae en el sector reformista del gobierno de Maduro.

La posible salida de la rectora Tania D´Amelio del CNE, para integrar la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia puede generar cambios significativos en el organismo comicial. Sin Tibisay Lucena en en el CNE (presidenta de 2006 hasta 2020) recayó en D´Amelio el control político del organismo. Su salida puede servir para continuar con el proceso de otorgar concesiones unilaterales al sector opositor que aún mantiene la tesis de la ruta electoral. Este es el escenario que le interesa a los partidos disidentes del Gobierno Interino

No obstante, si esta oportunidad no se aprovecha, lo más probable es que los avances precarios de 2021 se pierdan, paradójicamente este es el escenario que le interesa que se concrete al Gobierno Interino.

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