Comicios regionales demuestran que Maduro perdería por mucho una elección presidencial

Eugenio G. Martínez

El triunfo del chavismo en las elecciones municipales y regionales del domingo 21 de noviembre en Venezuela no fue sorpresivo. No obstante, los resultados arrojan datos sobre la crisis de representatividad que se vive en el país.

Michael Penfold, profesor de políticas públicas y fellow del Wilson Center en Washington DC, explicó en su cuenta de twitter que los resultados de los comicios municipales y regionales “arrojan varios datos que pondrán a muchos a reflexionar sobre la crisis de representatividad tan severa que afecta a toda la elite política del país. Las noticias no son auspiciosas para la oposición pero son también muy malas para el chavismo”.

Según el análisis de la firma Carpe Diem los resultados del 21 de noviembre demuestran  que el chavismo “mantiene un descenso lento, pero sostenido en su movilización electoral. Este descenso se ha hecho más evidente a partir de las elecciones regionales del año 2017. En el caso de las elecciones locales, presidenciales y parlamentarias se presumió que este descenso en parte obedecía a la ausencia de competidores electores que hiciera necesario un despliegue amplio de la maquinaria electoral. No obstante, el 21 de noviembre el despliegue electoral del chavismo evidenció el deterioro de la maquinaria oficial”.

 Por otra parte, la firma destaca que los resultados demuestran que el PSUV obtuvo menos del 50% de los votos en 17 estados. De ellos la oposición solo ganó 3 y aun mantiene la disputa en dos estados (Apure y Barinas). Este compartimiento sugiere que una mayor participación del electorado opositor con unidad política hubiese reportado a la oposición uno de sus mejores desempeño numéricos en este tipo de elección.

Mapa de resultados

Falta de unidad

En el informe de Carpe Diem se destaca que la oposición perdió hasta en ocho gobernaciones, no por las condiciones electorales, sino por la falta de unidad. No obstante, si se agrupan todos los votos distintos a los del PSUV, los adversarios de Nicolás Maduro capitalizaaron 56% del total de sufragios nacionales, lo que evidencia la recuperación de la masa electoral opositora, que se perdió durante los últimos cuatro años.

Para Penfold en el agregado “los resultados en números de votos -no de puestos- no fue la más baja que haya obtenido la oposición desde que Maduro llegó al poder pero  tampoco es la más alta a su favor. Sin embargo, desde el punto de vista histórico si es la más baja obtenida por el chavismo (…) Es innegable que el abstencionismo fue alto: pero afectó más al chavismo que a la oposición. La dispersión del voto y la fragmentación partidista fue el factor determinante que facilitó que el chavismo triunfara. Con acuerdos, la oposición hubiese ganado en más de 14 estados”.

Los resultados oficiales indican que la oposición logró ganar en 59 alcaldías, mientras los disidentes de la oposición obtuvieron el triunfo en 37 alcaldías.  En este caso se trata de 96 alcaldías que no estarán en manos del PSUV, un número relevante si se considera que el mejor resultaldo opositor, antes de estos comicios, fue el de ganar las elecciones municipales en 76 alcaldías en el año 2013.

Sobre este caso, Penfold advierte que aunque la oposición obtuvo más alcaldías que en las elecciones de 2013 y 2017  “solo obtuvo triunfos relevantes en tres ciudades capitales. La oposición no tuvo liderazgos que lo movilizara en esos grandes centros urbanos. Ganó más en zonas intermedias”.

Para Penfold  es emblemático que “aún con una alta abstención el voto anti-chavista ganó el voto nacional. Eso ocurrió a pesar que no votaron los venezolanos en el exterior. Si hubiesen podido votar, la participación hubiese sido mucho más alta comparada a los últimos comicios regionales y la diferencia aún mayor”

Por otra parte, explica que “el chavismo en cambio perdió espacios en las zonas rurales y ciudades intermedias. Eso se explica por la mayor severidad de la crisis humanitaria, el colapso de servicios y la pandemia en esas zonas: chavistas descontentos, que se fueron del PSUV, se convirtieron en opositores”.

“¿Por qué razón la oposición logró coordinar mejor a sus candidatos en las zonas rurales y en las ciudades intermedias que en los estados y las ciudades capitales? Se pregunta Penfold- Todo apunta a que en las primeras se escogieron líderes con arraigo y las otras se fue por el reparto partidista”

Por ultimo, apunta lo siguiente: “Quienes dicen que todo fue perdida para la oposición mejor es que argumenten mejor sus respuestas -todo indica que de haberse coordinado y dejado a los mejores candidatos correr el triunfo hubiese sido rotundo. Se favoreció el sectarismo y el reparto (…) Quienes dicen que el régimen de Maduro ganó cómodamente ocultan algo indudable: esta es su peor elección solo que fue exitoso fragmentando el mundo opositor. El chavismo con esa votación, en una elección presidencial, podemos discutir si libre o no, perdería y por mucho”.

Avances concretos

Para la firma Carpe Diem existen avances concretos después de los comicios del 21 de noviembre, principalmente  que la votación nacional de las opciones políticas contrarias a Nicolás Maduro supera a la cantidad de sufragios nacionales obtenidos por el PSUV”.

Por otra parte, resaltan como positivo que se lograron cambios en las condiciones electorales para facilitar la presencia de observadores internacional y en paralelo se logró legitimar a diversos liderazgos locales.

No obstante, advierten que el principal desafío de la oposición es volver a articularse y lograr construir nuevos mecanismos para la toma de decisiones y la resolución de conflictos, pensando en la ruta electoral que pudiese comenzar en 2022 con un referendo revocatorio a Nicolas Maduro.