Los resultados de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre estarán condicionados por el desequilibrio numérico que existe entre la cantidad de votantes inscritos en los estados y la cantidad de parlamentarios que se deben elegir en ellos.

El 6 de diciembre los venezolanos escogerán a 113 candidatos nominales (por nombre y apellido), 51 diputados serán electos por el voto que se emita por las tarjetas de los partidos políticos en los 23 estados y en el Distrito Capital y tres representantes indígenas llegarán a la AN por el sufragio tipo lista en tres circunscripciones especiales.

Según el RE Preliminar el 6 de diciembre podrán votar 19.504.106 ciudadanos; de éstos 10.091.717 (51,74%) están inscritos entre el Distrito Capital y cinco estados (Zulia, Miranda, Carabobo, Lara y Aragua)

En estas jurisdicciones solo se elegirán a 64 diputados (39% del total de curules de la AN). De estos parlamentarios, 15 serán tipo lista y los 49 restantes electos por nombre y apellido.

Sin embargo, en los 18 estados restantes, que aglutinan a 9.412.389 electores (48,26% del total), se elegirán a 100 diputados; 36 de éstos por listas y 46 por circunscripciones.

Esta distorsión provoca -como ilustran las investigaciones del politólogo Edgard Gutiérrez- que los sufragios tengan un valor distinto en el caso de comicios parlamentarios.

Técnicamente se conoce a esta distorsión como malapportionment y siempre ha existido en Venezuela, aunque fue potenciada con la eliminación de la Cámara del Senado en la en 1999 y posteriormente con la aprobación en el año 2009 de la Ley de Procesos Electorales.

El desequilibrio numérico entre población y cantidad de diputados a elegir se puede ilustrar con los Indices Poblacionales publicados por el CNE.

Mientras en Amazonas, el estado con menos electores (0,52% del total del RE), cada diputado electo representará a 160.548 ciudadanos; en el Zulia, la entidad con más electores habilitados para el 6 de diciembre (12,34% del total del RE) cada diputado electo representará a 342.653 habitantes. Visto de otro manera, para que una fuerza política gane un diputado en el Zulia, requiere, aproximadamente, el triple de votos de los que se requieren en Amazonas.