La competitividad democrática en Venezuela está afectada por el ventajismo institucional en los procesos comiciales. Esta es una de las conclusiones que sobre el caso venezolano se aborda en el libro “Campañas electorales, ventajismo y reelección presidencial en América Latina”, presentado por el Centro Carter.
El libro cuenta con análisis de Jennifer McCoy, directora del Centro Carter y académicos de Argentina, Brasil, Colombia, Estados Unidos, México y Puerto Rico.
El caso venezolano es abordado por Luis Salamanca, ex rector del Consejo Nacional Electoral (CNE) y ex director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
En su análisis, Salamanca advierte que Venezuela “no cuenta con una legislación específica para regular el desarrollo de las campañas electorales en el marco de la reelección presidencial continua (…) Visto comparativamente, Venezuela cuenta con regulaciones constitucionales y legales insuficientes para preservar la igualdad política que constituye un vaklor fundamental de la democracia, especialmente en las campañas electorales”.
Salamanca recuerda en su análisis que al negarse el financiamiento público a las campañas electorals y al no establecerse un límite de gastos fijos a las campañas, éstas se transformaron “en un caldo de cultivo propicio para el aprovechamiento de las instituciones y sus recursos por parte de quienes detentan el poder en detrimento de sus adversarios, quienes no tiene acceso alguno al poder institucional”.
Asegura el ex rector del CNE que “en Venezuela se ignora, oficialmente, cuánto cuestan las campañas electorales”.
Además, indica que un sistema electoral “no es democrático por el solo hecho de que la gente vote. Lo es porque la ciudadanía vota rodeada de un conjunto de garantías constitucionales, legales y reglamentarias que hacen del voto un acto democrático”.
Por otra parte, sostiene que la competitividad de las elecciones “no significa que la oposición debe ganar, sino quie ninguno de los contendientes debe tener más ventajas que el otro en su campaña”.
Entre las conclusiones que presenta Salamanca destaca que la reducción de “espacios democráticos (…) ha llevado a la disminución de fuentes de información alternativas, lo cual afecta seriamente las garantías del voto democrático, conduciendo al establecimiento de un campo de confrontación desigual y asimétrico”.