La mayoría pensará que el fútbol acaba de perder al último referente del juego bonito. Ronaldinho ya no jugará más con el Barcelona, su magia se agotó condenándolo a ingresar en la sospechosa lista de los jugadores sobrevalorados a causa de la ausencia de verdaderas figuras. En la memoria de los aficionados pudo hacer equipo con Johan Cruyff, Alfredo Di Stéfano o Diego Armando Maradona; sin embargo, terminará haciendo equipo con Oliver Kahn y David Beckham.
Algo es evidente, no se puede negar que Ronaldinho fue el mejor jugador del mundo entre los años 2003 y 2005; sus regates, quiebres y cambios de ritmo lo encumbraron como el jugador referente del deporte más hermoso del mundo y le permitieron obtener en dos ocasiones el Fifa World Player, reconocimiento que en algún momento estuvo destinado al mejor jugador del mundo, por lo menos hasta que se le otorgó al italiano Fabio Cannavaro.
Sin embargo Ronaldinho fue eso y nada más. Tres mágicas temporadas que le sirvieron al Barcelona para ganar dos ligas de España, dos Supercopas de España y una Champions League. Dinho ahora es un jugador común y corriente, capaz de realizar maravillas esporádicas, muy similar al 10 que defraudó durante su estancia en el PSG.
Los fans del brasileño pueden argumentar que Ronaldinho es mucho más. Y en eso concuerdo. De él quedará para la historia el gol antológico que le marcó a la vinotinto en el Copa América del año 1999 o el Mundial que conquistó en el 2002; no obstante eso no es suficiente para ingresar al Olimpo de los dioses del fútbol; de él se dijo que marcaría una época, desafortunadamente la época se redujo a tres años y nada más, nadie recordará al Barcelona de Ronaldinho, a diferencia del Barcelona de Michael Laudrup, el Milán de los holandeses, el Inter de Luis Suárez o el Madrid de Don Alfredo Di Stéfano. La próxima campaña Dinho llevará su magia esporádica al Milán, un equipo que no lo necesita (ya tiene a Kaká y Pato) salvo para incrementar exponencialmente las camisetas que se venden en Asia. Obviando el capricho de Silvio Berlusconi por el brasileño a ningún equipo grande le interesa contratarlo. Probablemente quien mejor definió la situación de Dinho fue el periodista Santiago Segurola (con el permiso de Jorge Valdano la persona que mejor escribe sobre fútbol en el mundo) quien dijo: “Huiría del fichaje de Ronaldinho como de la peste”.
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