29 de junio de 2004. Jorge Rodríguez, entonces presidente de la Junta Nacional Electoral, salía victorioso de la sesión de rectores del CNE. Con los votos salvados de Ezequiel Zamora y Sobella Mejías el organismo comicial había aprobado su propuesta de utilizar equipos de captura biométrica para el referendo revocatorio del 15 de agosto de ese año. 
A partir de esa sesión de rectores el mito sobre la posibilidad de que el voto no fuera secreto comenzó a existir, al punto que este fue uno de los argumentos que utilizó parte de la oposición para retirarse de las elecciones parlamentarias del año 2005- 
Siete años después se retoma la discusión con relación al secreto del voto. ¿Por qué? Los rectores del CNE aprobaron varias modificaciones al Sistema Automatizado de Votación (SAV) y la ampliación de la identificación biométrica a las 36.722 mesas de votación que se habilitan en todo el país. 
Los cambios aprobados para los tarjetones electrónicos de votación desarrollan fielmente las recomendaciones que realizaron los técnicos de la Unión Europea en el año 2005. Como puede observarse en la infografía anexa las modificaciones deben reducir la posibilidad de error del elector. 
En el caso de las nuevas captahuellas los técnicos de oposición rechazan que estén conectadas (como periféricos) a las máquinas de votación y que en ellas se almacene la información de los ciudadanos. Esta particularidad es la que trae a la palestra el debate sobre el secreto del voto. No obstante, para el liderazgo opositor la principal preocupación es que se utilice las dudas del 2005 para “chantajear” a los electores, especialmente a quienes dependen del Estado. 



Una huella, un elector, un voto. Dudas razonables
¿Para qué van a servir las nuevas captahuellas? Según el CNE la aplicación del Sistema de Autenticación Integral (SAI) servirá “para reducir a su mínima expresión la posibilidad de errores humanos durante el proceso (…) permitirá al elector autenticarse en la mesa electoral con su huella dactilar (…) para garantizar que la máquina de votación no pueda ser activada hasta tanto exista un elector registrado para ejercer el voto frente a ella”. Los técnicos de la oposición rechazan esta argumentación explicando que los equipos tendrán un uso más político que técnico porque puede emplearse para chantajear o presionar a los electores haciéndoles suponer que el Ejecutivo Nacional sabrá por quién votaron 

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Es necesario usar captahuellas? Desde su implementación en 2004 el CNE asegura que los equipos de identificación biométrica garantizan el principio “un elector, un voto”. No obstante, en ocho años no han entregado datos que indiquen cuántos intentos de usurpación de identidades han evitado. Hasta 2010 las captahuellas sólo se utilizaban en centros de votación de los estados Anzoátegui, Apure, Carabobo, Miranda, Lara, Táchira, Zulia y en el Distrito Capital. En el año 2005 los técnicos electorales de las misiones de observación electoral de la Unión Europea desaconsejaron al CNE el uso parcial de las captahuellas y sugirieron llevarlas a todas las mesas de votación. No obstante, aclararon que estos equipos no forman parte esencial de una elección. 

¿Cómo será el proceso de votación? Todos los electores deben usar las captahuellas. Al colocar su dedo pulgar en el dispositivo este indicará si el ciudadano puede o no sufragar en esa mesa. Una vez autenticado, se habilita al presidente de la mesa de votación a desbloquear la máquina de votación 

¿Se puede votar si la máquina no reconoce la huella del elector? El CNE aún no tiene una respuesta concreta para esta interrogante. Se analiza la posibilidad que en caso que no se reconozca la huella dactilar, se desbloquee la máquina de votación utilizando el número de cédula del elector. Si el CNE aprueba esta solución el sistema perderá eficacia y permitirá hacer lo que en teoría intenta evitar con la identificación biométrica. 

¿El CNE tiene un archivo con las huellas dactilares de todos los electores? No. El CNE tiene digitalizadas las impresiones dactilares de 12 millones de personas. Al día de hoy están inscritos para sufragar 17.805.540. Las huellas faltantes se obtendrán del Archivo de Venezolanos Cedulados del Saime que tiene digitalizadas 25 millones de tarjetas decadactilares. No se ha precisado si el ministerio de Relaciones Interiores y Justicia permitirá a la oposición auditar la base de datos de cedulados. 

¿El nuevo sistema permitirá que los resultados en 2012 se anuncien antes de la medianoche? No. La hora del primer boletín oficial de resultados depende de otros factores como la tendencia “irreversible” y el cierre de las 36 mil mesas de votación del país. Técnicos electorales del chavismo y de la oposición coinciden en que usar captahuellas en todas las mesas puede incrementar el tiempo de votación de cada elector y provocar una situación similar a la del referendo revocatorio presidencial del año 2004. El CNE descarta este supuesto y calcula que la autenticación promedio de cada elector no debe ser superior a 1 min. Un sistema similar se empleará en Brasil para las elecciones presidenciales del año 2017. En la prueba piloto realizada en 60 ciudades en el año 2010 el tiempo de votación promedio de 90 segundos se duplicó. Los integrantes del TSE trabajan en corregir esta deficiencia. 

¿Cuánto cuestan las nuevas captahuellas? El CNE se niega a precisar el costo de todas las modificaciones al sistema. Se asegura que es una “inversión en la democracia”. No obstante, equipos biométricos con características similares a los que aspira a comprar el CNE tienen un valor promedio en el mercado internacional de mil dólares. Se requiere en total comprar entre 40 y 45 mil nuevas captahuellas. Además se debe incluir el costo asociado a la fabricación de las nuevas membranas de los tarjetones electrónicos de votación, 45 mil pen drives de 4 GB de capacidad y 12 mil nuevas máquinas de votación modelos SAES 4400. Sobre este particular los técnicos del CNE aseguran que el costo de arranque del proyecto se amortizará en el tiempo. 

¿Y las captahuellas viejas? El CNE dispone en la actualidad de 11.929 captahuellas. En este momento se utilizan en el registro de la Misión Vivienda. Por el proyecto de identificación biométrica que se desplegó desde 2004 el CNE ha cancelado 115 millones de dólares. En este costo se incluye la compra de los equipos (cerca de 15 millones de dólares) la transferencia de tecnología y la adquisición del sistema AFIS (Automated Fingerprint Identification System) que obligatoriamente deberá instalarse en todos los equipos que servirán para autenticar a los electores. 

¿El Gobierno puede saber por quién votará el elector? No existe evidencia que avale esta teoría. El anterior sistema de captahuellas fue auditado por la Unión Europea y la OEA. Ambos organismos hemisféricos descartaron que se viole el secreto del voto. Por las modificaciones aprobadas para el año 2012 deberán idearse nuevas auditorías. Estos estudios -en los que participa la oposición- se encargarán de desmentir la supuesta posibilidad de conocer por quién votan los venezolanos. No obstante, si las captahuellas son conectadas en red a un servidor central, cualquier factor político que tenga acceso a esta data podrá conocer quiénes han ejercido el voto; aunque esto no significa que puedan saber por quién votaron. Eugenio G. Martínez