Jorge Rodríguez, el sexto motor de la habilitante…

Su designación generó toda clase de reacciones. Para algunos, sólo se confirmó un secreto a voces; para otros -a pesar de estar identificados con el oficialismo- el tubazo fue de tal magnitud que “soltaron” hasta una pequeña grosería al tiempo que el primer mandatario nacional anunciaba su nombramiento como el nuevo vicepresidente ejecutivo de la República. ¿Quién es realmente Jorge Rodríguez? Para la mayoría la respuesta es fácil: “el ex presidente del CNE” No obstante, su historia no debe limitarse a la inmediatez de su último cargo.
Para muchos su actuación está marcada por el legado de su homónimo padre, quien fundó la Liga Socialista y fue salvajemente asesinado en los calabozos de la Disip en el año de 1976. La muerte de su padre -tema del que suele rehuir comentar en público- provocó que José Vicente Rangel se convirtiera -junto a Oscar Battaglini- en su principal apoyo y guía.
“¿Mi peor defecto? A veces me dejo llevar por la ira”, respondió el entonces rector del CNE en una entrevista. Tal vez lo que más se recuerde de sus declaraciones públicas sea la ironía de algunas de sus respuestas, su facilidad de palabra y los adjetivos para calificar a sus adversarios. Pocos sabrán que detrás de la ironía se esconde su predilección por la literatura, especialmente los clásicos rusos de León Tolstói y Fiódor Dostoievski. Julio Cortázar también ocupa un lugar privilegiado en su colección literaria junto a los autores estadounidenses Ray-mond Carver y Paul Auster.
Su contacto con los medios es de vieja data. Fue articulista de El Universal y El Nacional y su obra Dime cuántos ríos son hechos de tus lágrimas fue merecedora -en 1998- del primer premio en el concurso anual de relatos que organizaba El Nacional. En el año 2000 obtuvo la mención de honor de la Bienal Latinoamericana de Literatura José Rafael Pocaterra por su obra El sueño de los ciegos.
Con el Presidente tendrá una disputa obvia y la generará el beisbol. Fanático “de los gloriosos” Tiburones de La Guaira deberá encargarse del éxito de la Copa América de Fútbol 2007. ¿Futbolista? Todo lo contrario, es aficionado al tenis de mesa.
A su llegada al CNE aseguraba que anteponía las teorías políticas de Thomas Hobbes a las de Jean Jacques Rosseau, pero no considera que el Poder Electoral fuese el Leviatán que debía controlar a la sociedad venezolana. ¿Capitalista? Su gusto por la tecnología no le impedía asegurar que prefería la etapa “más oscura” de Carlos Marx al liberalismo de Adam Smith. Hombre contradictorio
“Es un tipo muy solidario desde el punto de vista humano. Aunque a veces no esté, cuando tiene que estar, aparece”, recuerda la periodista Mercedes Chacín. Su amistad con “Jorge” comenzó a fraguarse por el año 1988. De su andar recuerda que es “muy inteligente y tiene mucha capacidad”, aunque reconoce que la impulsividad, en algunos momentos, “es uno de sus defectos”.
“Tal vez debería tener un poco más de paciencia -explica- pero no se puede negar que esa impulsividad también es la que le ha dado varios de sus grandes triunfos. Puede sonar contradictorio, pero así es él, contradictorio”. ¿Un consejo para su amigo? “Que se cuide de los aduladores”
Tahirí Ramos, docente de la escuela de Psicología de la UCAB, conoció a “Jorge” hace nueve años -el seudónimo de JR parece haber aparecido en su etapa electoral- mientras elaboraban una consultoría.
“En los momentos en que trabajé con él, sentía que sabía mucho de su disciplina, es una persona sistemática -explica la docente-. Lo calificaría como un dulce seductor. Y en su actividad política explota esa característica. Por ejemplo, cuando hace lo que ninguno otro político, llamar a los periodista por su nombre, es eso, un dulce seductor”.
A diferencia de los políticos que lo catalogan de “volátil”, Ramos asegura que Jorge Rodríguez tiene una personalidad muy bien estructurada “y pone esa personalidad en función de sus objetivos”.
“Está muy comprometido con su posición política por el resentimiento de lo que ocurrió con su padre (…) Yo tengo una posición política contraria a la suya, pero me encantaría que apoyara mi parte”, sostiene. A Juan Carlos Caldera (Primero Justicia) le tocó negociar con el actual Vicepresidente durante la etapa que marcaría su salida del Poder Electoral.
“Es un tipo amable, educado, pero su estrategia de negociación consiste en aprobar muchas cosas y después no cumplirlas”. Caldera sostiene que el Vicepresidente es “sensible, pero irritable con algunos temas. Por ejemplo, cuando le mencionábamos a Súmate, implicaba perder toda la tarde”. Aspira a que la pugnacidad, que fue el rasgo característico de su paso por el CNE, no se repita, al tiempo que anhela que restablezca los canales de diálogo que existían en el Poder Electoral.
Quienes trabajaron a su lado en el CNE aseguran que como jefe es “tremendamente respetuoso, preocupado por sus subordinados, perfeccionista, le disgusta la ineficiencia o la indolencia y jamás se le olvidan las instrucciones que ha dado”.
Destacan, entre otras cosas, el ritmo de trabajo que provoca que las 24 horas del día sean productivas. Lo definen como “inteligente, capaz de rectificar sus errores y comprometido con sus ideas, al punto de no descansar hasta verlas ejecutadas”.

Texto originalmente escrito para el diario El Universal…