Pertenezco al sector que reclama una postura y un discurso común ante el desconocimiento del resultado del referendo constitucional. Y acá entramos al gran dilema. ¿Si reclamo acciones por qué no acudí a firmar en contra del paquetazo?
En este tema, salvando los adjetivos y las descalificaciones, concuerdo con Hugo Rafael. Esa actividad, más allá de reportar titulares de aperturas en los grandes diarios no va a conducir a lograr la solución del problema.
La gente no tiene claro por qué firmó. La mayoría volvió a esgrimir argumentos tan etéreos como luchar en contra de la dictadura; argumentos que desde el punto de vista del marketing político sólo llegan al sector radical de la oposición. Ni el chavismo (duro o Light) y mucho menos los “no alineados políticamente” acepten ese tipo de discurso. Algunos un poco más ilustrados argumentan su rechazo a las leyes habilitantes para firmar y otros que pretenden ser ilustrados aseguraran que firmaron contra de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones o para evitar la estatización de las bombas de gasolina. Algo así como gritar: ¡Con mi gasolina no se metan!
En fin, pocos saben de qué hablan, lo importante es firmar en contra del Comandante. Y esta actitud es la que posibilita que Hugo Rafael gane y consolidad su poder.
Como ejercicio ciudadano la recolección la última recolección de firmas aporta muy poco. El tiempo invertido en esta iniciativa debió emplearse en darles argumentos a los ciudadanos para evitar que caigan en el uso de ideas triviales sobre el paquetazo, algo que sólo beneficia al chavismo.
Hay que recordar que los artículos 203 y 236 de la Constitución facultan al Parlamento para delegar en el Presidente la facultad de legislar en materias específicas por un tiempo determinado. No obstante, esta habilitación no otorga al Presidente el poder para desconocer el resultado de un referendo constitucional e incluir en los decretos-leyes aspectos que fueron rechazados por el soberano. En 18 meses de habilitante el Presidente promulgó hasta 54 decretos-leyes. En realidad, lo que se está cuestionando es el contenido de los 26 últimos, especialmente de los 11 que incorporan aspectos de la fallida reforma constitucional.
Aclarado estos temas hay que preguntarse: ¿La OEA se va a pronunciar en relación a la Habilitante? Es obvio que no, porque en ese tema el Presidente está blindado. ¿La OEA se va a pronunciar en contra del contenido de los decretos-leyes de la habilitante? Pareciera que no, porque ese pronunciamiento sería una intromisión en los asuntos internos de Venezuela. Recordemos que en la OEA, además de EEUU, están Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y todos los países del Caribe que se benefician del petróleo venezolano.
Seamos sinceros, este problema, el del paquetazo, es de los venezolanos y debemos resolverlos los venezolanos.
¿Resultado de la recolección de firmas para acudir a la OEA? Ninguno. Sólo darle argumentos al chavismo para trivializar el debate.
¿Y si la recolección es para convocar referendos abrogatorios como propone el Foro Penal? En principio la opción de los referendos abrogatorios es más lógica que la de acudir a la OEA; no obstante esta iniciativa debe cristalizarse después de las elecciones regionales, no antes.
Es relativamente sencillo convocar un referendo abrogatorio en contra de decretos-leyes. Según el artículo 74 de la Carta Magna apenas se requiere 5% del Registro Electoral. Según el último corte del padrón de votantes (de fecha 31 de julio) deberían firmar, aproximadamente, 833 mil personas, menos de la mitad de venezolanos que firmaron para convocar el referendo revocatorio del año 2004, para que se activen los referendos abrogatorios.
Suponiendo que el TSJ acepte la convocatoria de estas consultas populares, el problema se presentará en el quórum de participación de los abrogatorios. La Constitución obliga a una asistencia mínima de 45% de los electores inscritos en el Registro Electoral; es decir, Chávez puede ganar estos referendos promoviendo abstención y la conducta de sus partidarios, que le costó la derrota el 2 de diciembre de 2007, podría convertirse en su mejor aliado para ganar las consultas populares sobre los decretos-leyes.
Conclusión: La oposición al paquetazo no debe caer en trivializar el debate empleando argumentos banales o desarrollando acciones que no representan respuestas contundentes. Las críticas deben estar orientadas a explicar como el Presidente se valió de la Habilitante para imponerle a la sociedad hasta 11 artículos de la reforma constitucional, articulados que en nada resuelven los problemas de inseguridad, económicos, movilidad, acceso a la salud, etc. que todos padecemos. La gran recolección de firmas no debe desarrollarse ahora, sino el 23 de noviembre, debe ser anónima y en forma de votos.

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