Esto es duro y muy complicado. No recuerdo haber estado tan presionado desde aquel día que El Universal publicó en su web site la base de datos de las personas que firmaron para activar el referendo revocatorio a Chávez con la intención –además de la primicia- que los electores buscaran la calificación que el CNE había dado a su firma (válida, plana, a reparo, invalida, etc) y supieran de primera mano si tendrían que acudir a lo que se llamó en su momento el proceso de reparo…
Y estaba presionado porque esa base de datos la conseguí yo y me la traje al periódico, creo que ese fue el gran tubazo de mi carrera…Recuerdo, porque el mérito es de muchos, que esa noche todo el departamento de Infografía se quedó hasta las 2 de la mañana armando las infografias que explicaban, estado por estado, cuántas firmas válidas existían y cuántas firmas faltaban para que se activara el referendo. Recuerdo que los programadores del web site trabajaron corrido hasta las 8 de la mañana para montar la información…
También recuerdo –amargamente- que por dos o tres días tuve que soportar las críticas de El Nacional o de Globovisión, que a los cuatro vientos proclamaban que esa base de datos no era real, era falsa, estaba manipulada y que inventaba la anulación de las firmas…
Y aunque en el periódico todos estábamos seguros de su autenticidad –antes de colgarla la revisó la gente de Súmate- no dejaba de ser duro que a cada rato te mencionaran en un programa del canal 33 diciendo que esa información era incorrecta. Recuerdo que la primera vez que escuché a Leopoldo Castillo decir que esa base de datos era falsa me subió la tensión de tal manera que hasta llegué a sangrar por la nariz…Ni la aparición –vía telefónica- de Elides Rojas, Jefe de Redacción de El Universal, en el programa para aclarar que la información tenía el visto bueno de Súmate, me calmó en ese momento…recuerdo que a pesar de los ataques en Aló Ciudadano…al rato -después que hablaron con Alejando Plaz de Súmate- llamaron a Elides de Globovisión para “comprarle” la base de datos… todos querían esa información… (Para evitar malos entendidos a Globovisión no se le vendió nada, ellos encontarron solitos al cabo de dos días el CD con las firmas planas… y al igual que El Universal, lo pusieron en su web site para la consulta pública)
Al final… la base de datos se filtró a todos los medios y políticos…al cabo de dos semanas todos los web site tenían la base de datos que tanto sufrimiento me causó…Creo que ese episodio sólo es superado por el día en que llegué a la redacción –finalizado el proceso de reparo- con la información -yo diriía que primicia- que el referendo sería el día 15 de agosto, y no el domingo 7 de agosto como suponía la Coordinadora Democrática.
Recuerdo que después de varias reuniones de los chivos del periódico, llamadas y más reuniones, mi jefa –para ese momento Ana María Fernández- se me acercó y me comentó, palabras más, palabras menos, que ella confiaba en mi dato, que lo defendió hasta que pudo y que el periódico abriría con él (es decir, sería la noticia más importante del día siguiente) pero que tenía que estar consciente que si me equivocaba mi cabeza y la de ella rodarían… Fueron dos semanas complicadas. En todas mis notas aparecía la fecha del 15 de agosto.
Todos los demás medios hablaban del 7 de agosto. Por dos semanas esperé la reunión de rectores que aprobaría la fecha definitiva del referendo. Por dos semanas escuché hasta el cansancio que la información que publicaba era falsa, que jugaba con los lectores, que tenía un interés político en confundir…y llegó la carta de Enrique Mendoza pidiendo que se me despidiera del periódico por torpedear el trabajo de la Coordinadora Democrática…y vino la respuesta de Andrés Mata a esa petición… y llegó el directorio… y finalmente los rectores aprobaron la fecha del 15 de agosto…y respiré tranquilo… respiré tranquilo porque culminarían los ataques, los chimes, los rumores y las malas caras….
Creo que esos dos episodios, asociados a lo que los periodistas llamamos tubazos (es decir, una información privilegiada, que nadie más tiene) fueron los que me dieron con el devenir de los días y los meses –para bien o para mal- una notoriedad especial dentro y fuera del periódico… impropia tal vez para un reportero de un medio impreso, que en ese momento no alcanzaba ni los 30 años… Y erróneamente pensé que esa notoriedad, asociada a las presiones de todo el periodo del referendo me curtieron la piel, me hicieron casi inmune a las críticas o a los rumores…Y pensaba que era así porque soporté bastante bien las crisis asociadas a la campaña de Rosales y el tema de las encuestas… y pocos sabrán lo difícil que fue esta etapa… y todo lo que se dijo puertas adentro…y todo lo que se dejó de publicar… y todas las informaciones que fueron sobredimensionadas… en esas semanas
Y erróneamente pensé que lo había soportado tan bien que me atreví a escribir un análisis, que se convirtió en libro, explicando que la causa de la derrota va más allá de la tesis del fraude, o de los errores del CNE en el proceso… pensaba erróneamente que decir, lo que no se publicó entre el referendo y la última elección presidencial contribuiría al debate… porque, desde mi privilegiada posición, las derrotas de la oposición tienen explicaciones más racionales que la tesis que habla de un fraude masivo…
Y el librito salió. Con varios errores productos de la premura para terminar el texto antes de enero, pero salió. Y que duro fue publicar “¿Por qué pasó lo que pásó?”. La presión que siento –y que me hacen sentir- en este momento por no atribuir la derrota de Rosales a un fraude electoral no tiene nombre. En esencia pensé que me criticarían, estoy consciente que 65% de los electores que se identifican con la oposición piensan que existió fraude, pero nunca creía que me amenazarían… No me molesta que los integrantes del Comando Nacional de la Resistencia, o Genaro Mosquera o algún periodista descalifiquen el análisis; eso significa que mi punto de vista entró al debate público…
El problema se origina cuando se empiezan a recibir llamadas anónimas en la amdrugada, correos electrónicos, de personas, grupos o individuos, que se esconden en el anonimato para amenazar, para descalificar, para inventar situaciones, para correr rumores… Al Comando Nacional de la Resistencia, a Genaro Mosquera, a otros colegas les puede contestar y explicarles el por qué de mi posición. Es evidente que mis argumentos no les van a convencer, pero de eso se trata el juego democrático, de poder exponer nuestros puntos de vista, para confrontarlos y compararlos con el resto del colectivo…
Al final, todo el problema se puede concluir con una frase simple: “no estoy de acuerdo con usted” Pero, ¿a un anónimo?, ¿cómo se defiende uno de las críticas, o de los inventos, o de las medias verdades de un anónimo?, ¿a dónde se responde?, ¿a dónde se llama?, ¿cómo entiende uno las críticas, si se desconoce quién las hace? Nadie es perfecto, seguramente he cometido muchísimos errores en mi vida profesional, pero si esos errores no me los comenta una “persona” real, difícilmente podré corregirlos…
Realmente pensé que tenía la piel dura para este tipo de cosas, pero veo que todavía me falta mucho, muchísimo… En todo caso, a las personas que crean cuentas de correo para insultarme o menospreciar el análisis con ideas bastante equivocadas de lo que puede ser mi situación económica (y los que me conocen saben que tan mal la paso quincena a quincena), a los que llaman ocultando su número para proferir amenazas…o aquellos que simplemente dejan post anónimos para descargar su ira, frustración, rabia o impotencia…
Por favor, no se escondan… Acertado o no en lo que digo -y en lo que escribo- creo que tengo la virtud de dar la cara, hagan ustedes lo propio, pongan nombre y apellido a sus post, a sus correos, a sus llamadas…capaz saben algo que yo desconozco y me convencen que mi punto de vista está errado….