La desconexión de la población con el liderazgo político venezolano y la desconfianza generalizada en las instituciones del país, especialmente en los partidos políticos, puede explicar la aparición de “outsider” presidenciales como una manera de los ciudadanos de encontrar a la persona que los ayudará a salir de la crisis.

“La oposición venezolana es víctima de la manera en la que entiende cómo hacer política”, sostiene Félix Seijas, director de la firma de investigación de opinión pública Delphos.

Desde su perspectiva, la falta de confianza en los liderazgos tradicionales y en las instituciones (partidos políticos) que representan puede tener su origen “en el juego de una dirección todopoderosa que deja poco margen de acción a sus cuadros jóvenes. El priorizar ganar cuotas de poder (cargos públicos) sobre el ganar libertades”.

Este accionar “ha obstruido la posibilidad de alcanzar acuerdos como instancia unitaria inscritos en una hoja de ruta común a largo plazo, con la fuerza adecuada para ser cumplida por todos”.

Este accionar representa “una debilidad clave” que el régimen de Maduro ha sabido explotar, “colocando obstáculos, incentivos y trampas que han minado la estructura y ocasionaron su implosión. En este momento la confianza en los partidos y en el liderazgo opositor es baja, y ninguno tiene la fuerza ni el capital político para navegar solo el temporal. Esto parece estar confundiendo aún más al liderazgo, que como en la Italia del siglo XXVI, cada parcela ha buscado defender su espacio, algunos echando el resto y otros tratando de asegurar su supervivencia, convencidos de que no pueden vencer al Gobierno”.

En este escenario surge el nombre de Lorenzo Mendoza, presidente de Empresas Polar, como posible candidato presidencial, por la ausencia o descrédito del liderazgo opositor.

No obstante, Seijas advierte que más allá de la posible postulación de Mendoza a la candidatura, “lo cual veo con una probabilidad bajísima. El problema actual de la oposición es evitar que el Gobierno vea terreno llano para llamar a elecciones en el primer semestre del año 2018”.

Para el director de Delphos la figura de Mendoza no puede considerarse como la solución mágica a los problemas de la oposición y del país. “Sin lugar a dudas ayudaría a aglutinar esas masas que quieren cambio, pero que desconfían de todo el liderazgo político opositor. Eso es lo único seguro que se puede prever en el escenario de Mendoza candidato, el cual veo poco probable”.

Ausencia de López y Capriles facilita la aparición del outsider
Oswaldo Ramírez, director de ORC Consultores, sostiene que en este momento pueden identificarse hasta cuatro coaliciones dentro de la oposición venezolana. “El tema fundamental es que los dos principales líderes según lo que muestran los estudios de opinión pública, no cuentan en este momento con la posibilidad cierta de presentarse a una elección”.

Según Ramírez la inhabilitación de Leopoldo López y de Henrique Capriles Radonski “le abre el juego a la posibilidad cierta de un outsider”. Sin embargo, advierte que si el outsider “no logra que todos los grupos y coaliciones trabajen para él, lamentablemente pudiese no llegar a concretar el deseo de cambio que existe en el país. A esto se une el problemas de las condiciones electorales y la decisión sobre participar o no en unas elecciones sin garantías”.

Sobre un eventual outsider que asuma el vacío que dejan López y Capriles Radonski, el director de ORC Consultores recuerda que se debe considerar el factor tiempo y de estructura política en torno a esa candidatura.

Aunque el director de ORC Consultores sostiene que el presidente de Empresas Polar puede “significar la esperanza para un sector de la población que busca la solución a sus problemas fuera del mundo político”, advierte que parece complejo que él “pueda recoger, parte del liderazgo y de la transferencia de votos que puedan venir de otros actores”.

Para Ramírez es vital recordar que Mendoza “no tiene partido político, y en este escenario no es suficiente tener recordación de marca, en este caso de todas las marcas asociadas a Empresas Polar, la realidad es que sin el apoyo del liderazgo político tradicional, de los electores y en un escenario sin mayores garantías electorales, Mendoza correría el riesgo de no poder recoger el anhelo de cambio de la gente”.

Ramírez sostiene que la oposición debe “convertirse en una especie de Hidra de Lerna, un cuerpo, con múltiples cabezas, en donde todas persigan un mismo objetivo: el cambio político”.

Sin sueños, ni esperanzas
Para Luis Vicente León, director de Datanálisis, “la oposición tiene una división histórica, que se hace más importante en un escenario en donde han tenido fracasos importantes”. Además recuerda que la oposición “no solo se fractura en los términos de los líderes de quienes pretendan dirigirla, sino que se fractura en algo más importante que es la ruta que debe seguirse para enfrentar a Maduro”.

Según León “si a estos dos divisiones (de liderazgo y de hoja de ruta para enfrentar a Maduro) se une el hecho de que después de varios fracasos los actores sienten desconfianza de ellos mismos, el panorama se complica aún más”.

El director de Datanálisis recuerda: “la posibilidad de surgimiento de un outsider siempre está ahí, especialmente cuando los grupos radicales y moderados de la oposición se han ganado la desconfianza de la población, que siente que se han dedicado a pelear entre ellos y no a ofrecer una alternativa (…) La gente perdió el contacto con el liderazgo tradicional. No hay nadie que genere sueños, esperanza”.

En ese vacío de esperanza, aparecen actores que la población siente que pudiesen ser una alternativa, no porque esos actores estén buscando llenar los vacíos que deja el liderazgo tradicional, sino porque la gente los coloca ahí como un ideal”.En ese vacío de esperanza, aparecen actores que la población siente que pudiesen ser una alternativa, no porque esos actores estén buscando llenar los vacíos que deja el liderazgo tradicional, sino porque la gente los coloca ahí como un ideal”.

Para el director de Datanálisis el debate en la opinión pública sobre una hipotética candidatura de Mendoza “no lo colocó él, sino la necesidad de liderazgo de la gente que lo percibe como un figura que representa eficiencia, que es joven, moderno y que es atacado por el Gobierno”.

No obstante, León recuerda que Mendoza “no ha manifestado su intención de participar en una presidencial y en este momento es más el deseo de terceros de que el presidente de Empresas Polar tomara esa ruta que una oferta política concreta en donde se pueda valorar ese liderazgo”.

León sostiene que solo en caso que Mendoza decidiera presentarse como candidato, “entonces sí habría que analizar si ese ideal que una parte de la población ve en él se masifica. No obstante, en mi opinión, no pareciera que Mendoza esté esperando participar en un proceso presidencial”.