Los resultados municipales de la elección presidencial del 14 de abril de 2013 marcan el piso electoral de la oposición y el chavismo antes de las elecciones del 8 de diciembre.
Aunque la oposición solo logró obtener más votos que el chavismo en 96 municipios (28,6%) el peso poblacional de estas jurisdicciones, unido a la votación en el resto del país le valió para obtener 7.363.980 votos en esa oportunidad, lo que equivale a 49,12% del total de electores que acudieron a las urnas hace siete meses.
Por otra parte el chavismo para aglutinar el apoyo de 7.587.579 electores (50,61%) debió ganar en 239 jurisdicciones.
Estos resultados contrastan de forma relevante con la fuerza electoral que exhibía cada bloque político antes de la elección, porque el oficialismo controlaba 280 municipios y la oposición apenas 55 jurisdicciones, lo que significa que la unidad logró triunfar en 41 municipalidades gobernadas por burgomaestres afectos al proceso revolucionario.
Según el análisis estadístico realizado por el politólogo Francisco Pérez Gómez
de registrarse un crecimiento lineal (en todo el país) de cinco puntos porcentuales en el voto opositor, la oposición estaría pasando de ganar en 96 municipios a obtener el control de 116 jurisdicciones.
Para su análisis, Pérez Gómez parte de la premisa que el nivel de participación el 8 de diciembre se ubicará 20 puntos por debajo del comportamiento observado para las elecciones presidenciales del 7 de octubre y el 14 de abril.
Según Pérez Gómez dado el nivel de polarización electoral registrado en el país para los dos últimos eventos presidenciales, “difícilmente otro evento electoral sea capaz de convocar al electorado en una proporción mayor a la promediada para estos eventos”.
El principal parámetro del análisis sugiere que el nivel de votación del oficialismo y de la oposición alcanzados el 14 de abril se corresponde con 100% de los que poseen como capital electoral.
Por lo tanto, la votación obtenida por Nicolás Maduro y Henrique Capriles Radonski el 14 de abril es el 100% de su votación inicial y está podrá disminuir o aumentar en rangos de cinco puntos porcentuales que serán asimilados al incremento de 20% en la abstención.
Aumento 5% el chavismo
En el caso que el chavismo logre incrementar linealmente el nivel de votación en cinco puntos porcentuales lograría el control de 254 alcaldías el 8 de diciembre, limitando a la oposición a controlar 81 jurisdicciones.
No obstante, si el bloque que incrementa en cinco puntos porcentuales —en comparación al 14 de abril— es la oposición, los candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) estarían conquistando el poder en 116 municipios, 20 jurisdicciones adicionales a las que simbólicamente ganó en la última elección presidencial.
Si se cumple esta hipótesis la MUD podría garantizar el control de 35% de los municipios del país. Suficientes, por su densidad poblacional, para controlar el voto nacional, en este caso cercano a 51% del padrón de votantes.
Arrase rojo o azul
Si el chavismo experimenta un crecimiento de 10 puntos porcentuales (porque gana votación o porque el opositor se abstiene de sufragar) podría controlar hasta 266 municipios lo que significaría controlar 79% de las jurisdicciones del país y exhibir el control de 54% del total de votos.
En este escenario, la oposición tendría el control de 39% de los municipios del país. Aunque no podrá exhibir el control de la mayoría de las alcaldías, si lo hará sobre el voto nacional. En este caso el equivalente a 52% de los votantes.
Desde la perspectiva de Pérez Gómez “si las elecciones del 14 de abril hubiesen sido municipales, el sector opositor habría crecido en 57%” respecto a los resultados previos al año 2012. En el peor escenario electoral para la oposición este sector aun crecería levemente, mientras que en el mejor escenario del chavismo, se reflejaría una disminución leve de su hegemonía municipal.
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