¿Puede la oposición volver a derrotar a Hugo Chávez en las urnas? Para Nelson Rampersad el triunfo opositor puede ser una realidad, siempre y cuando los adversarios del presidente de la República lean e interpreten correctamente los resultados electorales que preceden a los comicios parlamentarios de 2010.
En un estudio electoral realizado por Rampersad, el representante del MAS en las mesas técnicas convocadas por la oposición, se indica que el análisis de los resultados del referendo constitucional celebrado el 15 de febrero de 2009 demuestra que el voto de Chávez aún se encuentra afectado “por la deserción del 2007; 1,3 millones de electores que lo acompañaron en la elección presidencial de 2006 no apoyaron la reelección indefinida solicitada por el jefe de Estado”
No obstante, reconoce que en esta consulta el Presidente recuperó 800 mil votos, de los casi tres millones de sufragios que perdió en el referendo de 2007. Según este estudio en la abstención registrada en el referendo por la enmienda se deben contabilizar 1.383.000 electores provenientes del campo chavista. Rampersad recomienda que se analice “la evolución de la abstención como expresión política y explote las posibilidades de crecimiento a partir de ella”.
A su juicio resulta obvio que la abstención “sigue siendo el gran campo de crecimiento de una alternativa distinta” a la de Chávez.

10 millones de votos
Rampersad asegura que la expectativa electoral de la oposición para 2010 puede disgregarse de la siguiente forma: 1. La oposición cuenta con 5.193.839 votos asegurados (esta es la cantidad de personas que votaron en contra de la reelección). 2. La oposición tiene un mercado potencial de 1.383.000 abstencionistas del chavismo. 3. Adicionalmente existen 1.958.00 personas que no votan desde las elecciones presidenciales de 1993. 4. Por último existen 1.517.000 votantes chavistas que ahora adversan el proyecto del presidente de la República.
En total, en caso de que una alternativa a Chávez aparezca, podría capitalizar hasta 10.051.839 votos. A este mercado electoral se deben unir los ciudadanos que acaban de cumplir la mayoría de edad -que adversen al jefe de Estado- y aún no están inscritos en el Registro Electoral. La alternativa a Chávez Para que las proyecciones de Rampersad se concreten es indispensable que la oposición se rein-vente. Para lograrlo el ex diputado considera indispensable que exista “un proyecto de país común, una tarjeta única y se celebren elecciones primarias para escoger a los candidatos”.
En su estudio Rampersad recuerda que el país reclama un cambio, “esto se ha venido evidenciando en cada proceso electoral desde 1998; la propuesta de modelo de Estado y sociedad que finalmente propone Chávez, solo es acompañada por una minoría de quienes votan; esta propuesta tiene el rechazo de quienes se abstienen y quienes han votado en su contra, que son la mayoría de los venezolanos”.
Sin embargo, advierte que la oposición “solo ha recogido en cada evento electoral el rechazo abierto de un amplio sector de la sociedad a la opción Chávez, pero también esa expresión electoral es una minoría, insuficiente para lograr una victoria electoral que dé inicio a un cambio (…). Las formaciones políticas constituidas en oposición sufren también las limitaciones que implican el rechazo de quienes se abstienen y de los que votan por el presidente Chávez”.
De esta manera; dos minorías alimentadas básicamente por el rechazo mutuo han configurado una polarización política excluyente e irreflexible, donde ha sido imposible encontrar algún punto de reconocimiento que pueda abrir el camino de una sociedad tolerante y consensual.
“La polarización Chávez-oposición ha operado a favor de Chávez; el rechazo al pasado es un sentimiento generalizado -recuerda Rampersad. La oposición ha venido reaccionando frente a cada iniciativa de Chávez de manera refleja, sin valorar lo que se rechaza y ello no ha servido más que para aceptar el inconveniente esquema de polarización planteado por Chávez”.
Un cambio de norte en la oposición debe comenzar por el desmontaje de la estrategia del adversario que ha quedado identificada con el lema “no volverán”. Solo una propuesta de país alternativa, que supere los déficit del viejo régimen y las inconveniencias del proyecto de Chávez será la que convoque esa intacta voluntad de cambio instaurada en el sentimiento y la conciencia de la gente.