*Este texto se escribió antes de que el TSJ divulgara su sentencia sobre la “continuidad” del Gobierno

En el debate sobre el 10 de enero se equivocó el camino. La mayoría de las personas se orientan a discutir si el presidente reelecto Hugo Chávez puede asumir el poder después del día de hoy, cuando lo realmente importante es quién –si Chávez no se presenta– asumirá como Presidente y será responsable de todas las decisiones que se tomen en el corto y mediano plazo.
Varias precisiones antes de continuar: 1) Los magistrados de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo no han emitido desde hace 10 años fallos que sean contrarios a la opinión del presidente Chávez o del Ejecutivo Nacional sobre los temas consultados. 2) La Sala Constitucional, al momento de valorar la desincorporación de ocho magistrados en diciembre de 2012, argumentó que el principio de continuidad administrativa se aplica a la función, pero no a las funcionarios 3) La continuidad administrativa se utilizó en el pasado para alargar el mandato de gobernadores, alcaldes y concejales al diferirse sus elecciones, en el caso de los concejales la continuidad ha durado tres años. 4) La palabra “continuidad” no aparece en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 5) En el año 2007 Hugo Chávez, dos días antes de tomar juramento para el periodo 2007-2013, designó a Jorge Rodríguez como Vicepresidente, y al resto de los integrantes de su Gabinete. En aquella oportunidad nadie reclamó como inconstitucional esta decisión.
Para el Alto Gobierno la continuidad es un hecho y han convertido a la juramentación en un acto sin relevancia, en un formalismo innecesario.
Aunque es obvio que Chávez no pierde su condición de presidente electo para el periodo 2013-2019 si no logra tomar posesión hoy,  el tema central es quién asume el poder en Venezuela mientras Chávez puede tomar juramento de forma efectiva.
Aunque parezca curioso pareciera existir más incertidumbre en la comunidad internacional sobre los días posteriores que en el propio pueblo venezolano. Las dudas internacionales son comprensibles. Si Venezuela no sigue un camino que el resto del mundo pueda interpretar como “legal”, las decisiones del Gobierno que asuma a partir de hoy –acuerdos económicos, pactos internacionales, etc.– podrían ser consideradas írritas en el futuro inmediato.
Aunque muchos sectores sostienen que dentro de 30 días debe convocarse elecciones, razonablemente hay que advertir que eso solo será posible si: 1) Hoy se convoca sesión de la Asamblea Nacional; 2) En la sesión del Parlamento se declara la ausencia absoluta (Art. 234 de la CRBV) del Presidente Hugo Chávez.
No obstante, si el Parlamento sesiona y declara la ausencia temporal (Art. 234 de la Constitución) entonces comenzaría a correr un plazo de –mínimo– 180 días antes que se pueda declarar la ausencia absoluta del Jefe del Estado y procederse a convocar nuevas elecciones.
Desafortunadamente se debe alertar que la incertidumbre que existe está asociada a la escasa información sobre el estado de salud del presidente Chávez. En este punto, el chavismo argumentará que el Gobierno ha emitido 27 informes médicos desde el pasado 8 de diciembre 2012. No obstante, en este caso no importa la cantidad de los informes, sino la precisión de la información que aportan al colectivo.
A las dudas razonables sobre el estado de salud del presidente (y la evolución del cáncer que lo aqueja desde 2011) se debe unir la posibilidad que una elite de dirigentes quieran gobernar el país en nombre del pueblo y del presidente Chávez.
Como argumentó hace dos días David J. Kramer, presidente de Freedom House:
“El hecho que el Gobierno venezolano no haya divulgado información médica que pueda ser verificada independientemente y que demuestre la posibilidad de que Hugo Chávez pueda asumir al poder, seguirá dañando la credibilidad del Gobierno y amenazando a la gobernabilidad democrática (…). El pueblo de Venezuela merece una explicación transparente sobre el estado de salud del Presidente para que se pueda determinar si las nuevas elecciones son necesarias y cuándo ocurrirán. Prolongar la incertidumbre acerca de quién será el próximo Presidente de Venezuela es inaceptable”.
En medio de esta incertidumbre por la salud del presidente Chávez debería resultar inaceptable para todos los venezolanos que en ausencia del Jefe del Estado se mantenga Nicolás Maduro ejerciendo el poder con funciones delegadas de forma indefinida.