Segundo día de exámenes finales. Si el martes la nota fue “aceptable” a causa de las protestas en la entrada de Las Mercedes, ayer los estudiantes universitarios -y algunos liceístas- aprobaron su asignación con un “sobresaliente”. No sólo lograron marchar desde la plaza Brion, en Chacaíto, hasta las cercanías de la plaza Morelos para entregar en la Defensoría del Pueblo su pliego de peticiones, sino que resistieron las provocaciones de un grupo de motorizados identificados con chaquetas de la Alcaldía de Libertador.
No llovió en esta oportunidad y los villanos del último día -los efectivos de la Policía Metropolitana- culminaron vitoreados por los universitarios, que a pesar de estar temerosos por el despliegue inusitado de 500 efectivos -entre policías y militares- supieron agradecer la actuación oportuna de los hombres de azul para disipar la amenaza de violencia que llevó el grupo de motorizados.
Los políticos tradicionales continúan sin atreverse a fotografiarse con los integrantes de un movimiento que se autocalifica -así lo hicieron saber a la defensora delegada del Área Metropolitana de Caracas, Reina Morandi- como apolítico. No obstante, ayer dos de ellos intentaron colearse: Pablo Medina, a la altura del centro Solano y “Er Conde” del Guácharo en Maripérez.
Los ocupantes de un edificio gubernamental -de reciente adquisición- no quisieron colearse como Medina o Rausseo. Simplemente abrieron todas las ventanas -entre los pisos 5 y 16- para respaldar la iniciativa. Hasta ese punto llegó la marcha. Hasta la sede de Cantv. Y ahí permaneció, arropado por los gritos de apoyo de los empleados de la telefónica.
Sin más contratiempos que el vuelo constante de los helicópteros de la Disip y la PM, una representación de los estudiantes de la UCAB, USM, USB, UCV, UMA, Unimet y UC Santa Rosa caminó hasta la Defensoría para entregar su manifiesto. En él se puede leer: “Reclamamos al poder que nos deje existir en libertad. Exigimos del poder que reconozca la legitimidad y fuerza del movimiento estudiantil venezolano y que se abstenga de ejercer contra sus representantes y miembros acciones intimidatorias o manifestaciones violatorias de nuestros derechos”. Los estudiantes pidieron a las autoridades policiales y militares que se abstengan de usar armas de fuego y sustancias tóxicas para el control de las manifestaciones y catalogaron como “infundadas” “las críticas de altos funcionarios que valiéndose de su posición reiteran que las manifestaciones tienen carácter político y son parte de un plan desestabilizador de la CIA”. Cumplido el objetivo la marcha regresó. Y como sucedió en la ida, los habitantes de los edificios cercanos a las avenidas Casanova y Libertador cambiaron la historia. Entre los años 2000 y 2003 pitaron cualquier marcha en contra del Gobierno. La realidad ahora es otra. Las ventanas se abren para expresar apoyo. Durante todo el recorrido sólo se observó una bandera “roja, rojita”. Desde Pdvsa se intentó confrontar a la marcha. “Pueblo, madura, esto es dictadura”, fue la respuesta.
¿Y hoy? La metodología se mantiene. Todos deben acudir a sus universidades para esperar -vía SMS- la confirmación de la próxima actividad.
*Texto escrito para el diario El Universal, para su edición del miércoles 31 de mayo.