Señores ministros, diputados y amigos del chavismo: Tener que levantarse a las 3:30 am todos los días y aún así padecer de una cola interminable en la carretera Panamericana y en la autopista Valle-Coche atenta contra la salud física -y mental- de cualquiera ser humano.
Tener que levantarse a las 3:30 am y acostarse a las 11:00 pm, porque como mínimo se debe soportar una cola de regreso de dos horas es el prolegómeno de una existencia corta y complicada.
Sólo cuando mi cardiólogo escuchó la palabra “Panamericana” entendió parte de las causas que provocan que de mi rutina diaria desapareciera el ejercicio y la alimentación saludable. Sólo cuando escuchó el relato de un día normal de mi vida entendió porqué me sube la tensión a las 4:00 am, cuando se supone que la mayoría de los mortales están durmiendo, o recién levantándose. Imagino que ustedes, señores ministros, diputados y amigos del chavismo, se incluyen en este grupo.
Las iniciativas para disminuir las colas (llámense plan Pico Placa, Vía Libre o Canal de Contraflujo) me hicieron fantasear con una vida menos miserable. No obstante, considerando sus actuaciones desde el año 2007 la posibilidad de no tener que invertir entre 4 y 5 horas diarias en una cola era sola una quimera.
Seamos sinceros, a ustedes no les gustan las medidas de administración del tránsito. Así lo han demostrado insistentemente desde noviembre de 2007 cuando la Corte Segunda en lo Contencioso-Administrativo exigió la suspensión del plan Pico y Placa del municipio Baruta. Seis meses después lo ratificaron cuando el Juzgado Noveno Superior en lo Contencioso-Administrativo ordenó el cese de la aplicación de Pico y Placa en el municipio Chacao.
Si quedaba alguna duda de su desprecio hacia este tipo de iniciativas, las dudas se aclararon con sus declaraciones, acciones legales e incluso militares en contra de la prueba piloto del Pico y Placa en la carretera Panamericana, la prueba piloto del Plan Vía Libre en el Distrito Metropolitano de Caracas y el Canal Expreso Petare-Guarenas.
Señores ministros, diputados y amigos del chavismo: Entiendo que ustedes argumentan que estas iniciativas violan el derecho al libre tránsito establecido en el artículo 50 de la Constitución Nacional. No obstante, cuando repitan este argumento consideren que, al igual que este pobre mortal, una buena parte de los ciudadanos de este país pierden 1/3 de sus días sentados en sus vehículos. Por favor, piensen cómo sería su vida su tuvieran que levantarse a las 3:30 am y aún así agarrar cola en la Panamericana, o peor aún, destinar entre 4 y 5 horas de su día a sortear la cola.
Seamos sinceros, el problema del tráfico requiere de una solución estructural porque el área de la Gran Caracas necesita, como mínimo, la construcción de 100 kilómetros de vías, acá se incluye la construcción de sistemas perimetrales, la ampliación a cuatro canales de la autopista Francisco Fajardo y la autopista Valle-Coche; la creación de una nueva vía de acceso, desde Hoyo de La Puerta, para los Altos Mirandinos.
Además, es indispensable, para aliviar este infierno, que concluyan la autopista La Verota-Kempis (de 55 kilómetros), que debe unir la Gran Mariscal de Ayacucho con la autopista Regional del Centro.
Señores ministro, diputados y amigos del chavismo, seamos aún más sinceros: El Gobierno no tiene presupuesto para iniciar la construcción de estos corredores viales. Por favor, no se limiten a criticar o simplemente a negar los planes de administración vial, propongan algún tipo de iniciativa que nos saque de este miserable día a día al que nos condena la falta de planificación de políticas públicas.
Los propulsores de los planes de administración vial aseguran que convocarán un referendo consultivo sobre el tema. La propuesta suena factible. En el caso del plan Vía Libre se supone que deberían votar los habitantes del distrito Metropolitano lo que teóricamente sugiere que deben recogerse 338 mil firmas para activar la consulta popular en la que podrían participar 2.250.586 personas.
Sin embargo, me temo que no admitirán esta iniciativa. Probablemente argumentarán que en este referendo deben participar los venezolanos que utilizan las vías de Caracas como paso para trasladarse desde el oriente hasta el centro o viceversa, lo que provocará que sea imposible determinar quiénes pueden o no participar en la consulta.
En el peor de los casos si aprueban el referendo y lo pierden siempre podrán argumentar que el referendo, al ser consultivo, no es vinculante.
Señores ministros, diputados y amigos del chavismo: Sólo quiero formularles una pregunta: ¿Me resigno a una vida miserable?