Usted cree que Chávez desconoce los resultados del 23 de noviembre? ¿Considera que el modelo cubano se está implementando en Venezuela? ¿Cree que Gobierno irrespeta la propiedad privada? Si sus respuestas a estas interrogantes son afirmativas, usted piensa diferente que la mayoría de los venezolanos.
Aunque las encuestas demuestran que los venezolanos rechazan las acciones radicales como el desconocimiento de las elecciones, el irrespeto a la propiedad privada o la implementación del modelo cubano, paradójicamente también demuestran que la mayoría de los venezolanos no creen que el presidente Hugo Chávez esté tomando ese tipo de acciones.
Según la última encuesta Ómnibus de Datanálisis existe un rechazo mayoritario a las acciones radicales. 7 de cada 10 venezolanos concuerda en que el presidente Hugo Chávez debe respetar la voluntad popular expresada el 23 de noviembre de 2008, además aspiran a que el Ejecutivo nacional trabaje en conjunto con los gobernadores y alcaldes de oposición.
No obstante, cuando se indaga si el Gobierno desconoce a las autoridades electas, apenas 4 de cada 10 venezolanos responde que existe un plan premeditado del Ejecutivo para boicotear la gestión de los alcaldes y gobernadores que le son adversos. El resto no considera que el jefe de Estado esté desconociendo la autoridad de los funcionarios elegidos por voto popular. La situación se repite en el caso de la propiedad privada.
Apenas 23% de los venezolanos está de acuerdo con la ocupación militar de las plantas de distribución de alimentos. Sin embargo, las recientes actuaciones del Ejecutivo en las plantas procesadoras de arroz no son consideradas por la mayoría de los venezolanos como ataques a las propiedad privada. Al día de hoy, 57%de los ciudadanos está convencido de que el gobierno de Chávez respeta la propiedad privada y 87% aspira a que el proyecto socialista no la ataque.
Las respuestas más paradójicas pueden encontrarse asociadas a la influencia del Gobierno cubano en el modelo político que se intenta aplicar en el país. 8 de cada 10 venezolanos rechazan que Cuba sea el ejemplo a seguir; sin embargo apenas 4 de cada 10 consideran que las decisiones adoptadas por Chávez están influenciadas por el sistema tutelado por Fidel Castro, aunque el Presidente explique constantemente los consejos políticos que recibe desde la isla.
Si se analiza esta percepción por autodefinición política se descubre que 88,4%de las personas que se autocalifican como chavistas descartan que el presidente de la República esté intentando trasladar el sistema político de Cuba a Venezuela. Esta percepción es compartida por 42,2%de los ciudadanos que se autodefinen como Ni-Ni. Que la mayoría de los venezolanos no perciba que están en juegos sus libertades económicas y sociales es lo que explica por qué las acciones radicales de Chávez no han afectado su popularidad. 59% de aceptación popular La desinformación y el miedo son las causas que pueden explicar cómo el venezolano vota por un funcionario y a los seis meses permita que sea defenestrado y desconocido como autoridad legítima.
El director de Datanálisis, Luis Vicente León, sostiene que el venezolano “no siente el miedo real, no siente que esté en peligro su libertad”. Aclara que aunque Chávez se ha radicalizado desde el 15 de febrero, su popularidad no proviene de esta radicalización, sino que debe entenderse que los números de aprobación son “a pesar” de sus acciones. Según este análisis la capacidad de gobernar que tiene el jefe de Estado está asociada con su popularidad, “de lo contrario no podría correr su modelo de democracia procedimental, en donde sólo se respeta el voto, aunque este voto esté sesgado por el abuso de poder” León aclara que la aceptación de Chávez se mantiene en 59% por el triunfo de febrero, por el reparto de la renta aún en tiempos de crisis, por el conocimiento que tiene del ADN del venezolano para emitir discursos que los conectan y por la ausencia “estrambótica de alternativas y actos heroicos”.
El director de Datanálisis sostiene que los actos heroicos no están asociados con “sacrificar la vida”, sino a actuaciones más simples como formar parte de los partidos o de los procesos en contra del Presidente. León recuerda que Chávez “busca un objetivo muy concreto que es la consolidación de la revolución y la única forma de lograrlo es mantenerse en el poder, porque no hay ningún líder en la revolución bolivariana que tenga posibilidad de conectar con el electorado”.

Según el director de Datanálisis desde el triunfo en el referendo de la enmienda la aceptación de Chávez se mantiene constante, lo que le permite actuar en dos direcciones: 1) Validar las acciones radicales relevantes para la revolución como el debilitamiento del poder regional, las expropiaciones y la minimización del adversario. 2) Validar la ideología de la revolución atacando al capitalismo, popularizando la oferta socialista y buscando entre la oposición, los empresarios y el imperio los chivos expiatorios para los fracasos de su gobierno. El director de Datanálisis estima que Chávez está atacando símbolos para atemorizar a sus potenciales adversarios. “Al tocar a Manuel Rosales y Antonio Ledezma se envía el mensaje de que la participación política es peligrosa” y eso está paralizando a sus adversarios.