Los resultados preliminares de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre indican que desde la elección presidencial sobrevenida del año 2013 el chavismo ha perdido 1,9 millones de votos; lo que en parte sirve para explicar el descalabro electoral que sufrió el oficialismo.

Aunque el tope de votación histórica pro-gobierno se puede encontrar en la elección presidencial del año 2012 cuando 8.191.132 personas sufragaron para garantizar la reelección de Hugo Chávez, en los dos procesos electorales que el oficialismo ha enfrentado bajo la conducción política del presidente Nicolás Maduro se observa una pérdida sostenida de votos.

En 2013 Maduro recibió el apoyo de 7.587.579 personas, ocho meses después, 5.713.111 ciudadanos decidieron movilizarse para respaldar a los candidatos del oficialismo en las elecciones municipales de ese año. A pesar de la disminución en la cantidad de personas que votaron por los aspirantes del chavismo en ese evento electoral, la abstención en el sector opositor le valió al Ejecutivo Nacional para mantener el control electoral sobre más de 76% de los cargos municipales en disputa.

Dos años después, y con una participación histórica para unos comicios parlamentarios de 74%, el chavismo solo logró movilizar 5.599.025 electores. Desde la elección de Maduro 1.988.554 votos han desaparecido del respaldo oficialista; no obstante no todos han sido capitalizados por la oposición.

Antes del 6 de diciembre el tope de votación pro-oposición se podía encontrar en la elección presidencial del año 2013, cuando 7.363.980 ciudadanos decidieron respaldar a Henrique Capriles Radonski. A pesar de intentar convertir las elecciones municipales de ese año en un plebiscito que levantara la participación opositora, apenas 4.312.682 personas decidieron movilizarse para respaldar a los aspirantes de la Mesa de la Unidad democrática (MUD) en esos comicios, convirtiendo a ese proceso en el peor descalabro electoral de la oposición en un década.

No obstante, dos años después la oposición logró recuperar el apoyo que obtuvo su candidato presidencial en 2013 e incrementar su tope de votación hasta 7.707.422 la cifra más alta de votación opositora registrada hasta este momento.

Si la comparación se realiza solo contra las elecciones parlamentarias de 2010, los datos son aún más claros para la alternativa democrática. En los últimos cinco años el chavismo solo logró aumentar (en eventos parlamentarios) su respaldo en 631.746 sufragios, mientras la oposición aumentó su capital en 2.857.961 votos válidos.

La explicación de estos resultados dividen a los analistas en este momento en dos grandes bloques. El primero conformado por quienes sostiene que el punto de comparación de los resultados del 6 de diciembre debe ser las elecciones presidenciales de 2013 por tratarse del primer evento electoral bajo la conducción de Maduro. En este escenario, el triunfo electoral de la oposición se puede explicar por el crecimiento base promedio de su respaldo popular y por una abstención mayoritaria del chavismo.

No obstante, otro grupo de analistas sostienen que al compararse las parlamentarias de 205 contra el evento de 2010 la oposición crece en casi 9 puntos porcentuales, lo que hace complejo reducir el análisis a solo la abstención del chavismo. No obstante, se admite que en este momento no es posible concluir claramente si los votos que ha perdido el ¡chavismo mayoritariamente pasaron a la oposición.

El único punto en el que coinciden los analistas es que el sistema electoral en esta ocasión castigó abiertamente al chavismo y benefició a la oposición, al extremo que a pesar de obtener 40,8% de los votos nacionales, el chavismo solo pudo capitalizar 33% de los diputados en disputa.