La participación registrada en la consulta popular convocada por la oposición el domingo 16 de julio coloca a los venezolanos en la incertidumbre de saber si en las próximas dos semanas Nicolás Maduro renunciará a su propuesta de Asamblea Nacional Constituyente para abrir espacio a un proceso de negociación política o si, por el contrario, insistirá en la Constituyente, decisión que inevitablemente significará el aislamiento del país de la comunidad internacional y la imposición de medidas unilaterales por parte de algunos Estados en contra del Gobierno venezolano y sus principales funcionarios.

Para el director de la encuestadora Datanálisis, Luis Vicente León, en lo inmediato el futuro del chavismo y de la oposición no puede analizarse solo utilizando la consulta popular del 16 de julio.

Para León es imposible desconectar la consulta popular de la elección de los delegados a la Asamblea Nacional Constituyente prevista para el 30 de julio porque “es la combinación de estos eventos la que construye tensiones en ambos grupos”.

Según León la consulta popular le da a la oposición “energía y motivación y la reconecta con lo que busca: Derecho a votar, a expresarse, a decidir y a rebelarse con lo que sabe y desea hacer: Votar”.

No obstante “también la deja pendiente de una pregunta compleja: ¿y ahora qué? –explica León- Y si esta pregunta no tiene respuesta contundente, unificada e inteligente del liderazgo se puede generar anarquía en unos grupos y frustración en otros”.

El director de Datanálisis sostiene que la diferencia entre “el éxito y el fracaso es una línea muy delgada (…) porque después de todo la oposición enfrenta los riesgos de que su enemigo la destruya el 30 de julio”.

Por otra parte, recuerda que el chavismo “vio a su adversario activo el pasado domingo, sabe que es grande y contundente, pero eso solo refuerza su tesis de peligro si debe abandonar el poder”.

León recuerda que “sin resolver el problema de los costos de salida del poder, el chavismo solo ve mas riesgos y se engrincha para protegerse

La elección de la ANC, recuerda León, es vital “para su permanencia y preservación”.

“El chavismo se radicalizará y estará dispuesto a protegerse –sostiene el director de Datanálisis- y en el medio de todos ellos están los líderes racionales de lado y lado que buscarán mecanismos para tratar de negociar. Pero será un proceso subterráneo porque sus bases estarán muy sensibles (y prepotentes) convencidas que ya ganaron y no se debe soltar la presa”.

El laberinto del chavismo

Para el consultor político Edgard Gutiérrez “el chavismo sigue extraviado en su laberinto. Si deciden imponer la ANC terminarán por secuestrar cualquier intento de regresar por la vía electoral, porque tarde o temprano esta Constituyente terminará siendo un taladro hidráulico que profundizará sus fracturas. Si deciden retirarla para negociar, mostrarán con claridad sus debilidades y las facciones más radicales intentarán sabotear las negociaciones”.

Por otra parte considera que el 16 de julio le ofreció a los dirigentes opositores dos mensajes muy claros: “a) Existe una masa ciudadana dispuesta a dar el todo por el todo para avanzar en su lucha por la restitución de la democracia, b) Se produjo un mandato muy claro que si es sometido a interpretación o postergaciones, será causal de una mayor desconexión o eventual superación que podría llevar la situación a niveles anárquicos”.

Deslegitimidad vs renovación

Para el dirigente de Primero Justicia Juan Carlos Caldera la consulta popular del 16 de julio provocó que el chavismo “sufriera una nueva deslegitimación nacional e internacionalmente (…) desde la minoría pretende imponer a la mayoría un camino violento (…) La unidad democrática queda renovada en su legitimidad con mayor contundencia y con un mandato claro que corresponde hacer que se cumpla”.

No obstante, el director de la encuestadora Delphos, Félix Seijas, explica que la deslegitimidad, “más que del chavismo, es del Gobierno, que ya venía arrastrando un lastre incómodo (en referencia a la ANC), pero dispuestos a llevarlo a puerto. Ahora el peso de ese lastre se duplica, se hace más incómodo, y con eso deberá lidiar”.

Para Seijas no hay dudas de que el Gobierno “está dispuesto” a mantener el lastre que significa la ANC, por lo que estima que si “nada se le atraviesa, la ANC llegará y la nueva fase del conflicto empezará”.

Sin embargo, explica que para que nada “se le atraviese tiene ahora que navegar aguas aún más turbias. La pretensión de la ANC debe pasar los filtros internacionales y la dura tarea de brindar una imagen sólida el 30 de julio que logre, si no convencer, al menos montar un mensaje difícil de atacar”.

El analista sostiene que aún logrando blindar en dos semana la elección, “la ANC esta ahora más cerca de nacer con serios problemas para las pretensiones” del Gobierno.