Las previsiones se quedaron cortas. El presidente Hugo Chávez no esperó a la toma de posesión de su cuarto periodo de gobierno el 10 de enero de 2013 para impulsar el proyecto de Poder Comunal que le fue negado en el referendo constitucional del año 2007.
El sábado se inició el debate constituyente para el plan de gobierno 2013-2019, debate que servirá para desmotar definitivamente la tradicional estructura político-administrativa del país, para instaurar el nuevo sistema en el que, seguramente en el largo plazo nos conducirá a un sistema electoral de segundo grado, en el que consejos comunales elegirán a las comunas, la unión de comunas al parlamento comunal y esta última instancia, al mejor estilo del Sóviet Supremo Soviético, designará al Presidente.
No obstante, aunque el fin último a largo plazo sea garantizar un modelo político en el cual el chavismo no pueda perder el control del país, en el corto y mediano plazo lo que podremos observar  que existirá un Estado dentro de otro Estado.
Para entender el escenario actual y futuro es necesario hacer un poco de memoria: En diciembre de 2010, ante la pérdida de la mayoría absoluta en el Parlamento, el chavismo se apresuró para aprobar las cinco leyes del Poder Popular que hacen posible los deseos del presidente Chávez. Desde hace dos años existen -aunque no se han aplicado- la Ley Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de Comunas, Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, Ley Orgánica de Contraloría Social y Ley Orgánica de Planificación Popular.
Estas leyes, aunque taxativamente no contemplan la eliminación de gobernaciones, alcaldías y concejos municipales sí invaden sus competencias constitucionales. En este sentido tiene razón Diosdado Cabello cuando aclara que el Poder Comunal no eliminará alcaldías y gobernaciones. Sin embargo, el diputado no aclara que aunque estos cargos seguirán existiendo los venezolanos asistiremos a un proceso que busca  “Ledezmizar” a todas las estructuras de poder tradicionales para convertir a los funcionarios de elección popular en figuras sin presupuesto, ni peso político, cuya única labor podría ser el ornato de las ciudades.
Aunque todo el tren ministerial y los candidatos a gobernadores del Partido Socialista Unido de Venezuela sostienen que el Poder Popular y la confección de comunas permitirá “el ejercicio de la soberanía por parte del pueblo en lo político, económico, social, cultural y en todo ámbito”, en la práctica el nuevo modelo político significará la configuración de un Estado totalmente diferente al Federal y descentralizado que aún -a duras penas- se mantiene.
Antes de continuar es bueno recordar que durante el referendo constitucional del año 2007 se improbaron y fueron rechazados por el electorado aspectos fundamentales que están consagrados en las cinco leyes que desarrollan al Estado Comunal. Aunque tienen apariencia de legalidad, constituyen un desconocimiento a la Constitución y especialmente al referido referendo constitucional.
En agosto de 2012, el presidente Chávez explicaba: “Alrededor del 68% de los venezolanos del año 2019 vivirán en subsistemas de agregación de comunas”. ¿Qué ocurrirá en el ínterin mientras se consolida el Poder Comunal? En caso que no existan frenos institucionales (desde gobernaciones y alcaldías)  el resultado electoral del 7 de octubre está siendo interpretado por Chávez como el mandato para acelerar la revolución. Acelerar la revolución significa, entre otras cosas, institucionalizar las misiones, eliminar competencias de alcaldías y gobernaciones, reiniciar las expropiaciones -en algunos casos confiscación de tierras y propiedades urbanas- y realizar una planificación aún más centralizada de la economía.
La aplicación de las cinco leyes aprobadas en 2010 implicará también la modificación sustantiva del régimen de propiedad, para promover la propiedad social directa e indirecta, la propiedad colectiva y la propiedad mixta; escenarios en los que la propiedad privada será cada vez más reducida.
La rapidez con la que se apliquen estos cambios dependerá, insisto, de la cantidad de cuotas de poder que mantengan la oposición en las elecciones regionales del 16 de diciembre.
Si usted no está de acuerdo con lo que implica el Poder Comunal o si no disfruta de las prebendas de aparentar estar de acuerdo, entonces solo le quedan dos opciones: 1) Irse del país, 2) Quedarse en Venezuela.
Si decide quedarse -porque quiere, o porque no tiene otro remedio- entonces tiene dos posibilidades: A) Desmoralizarse, bajar los brazos e internalizar que ese proyecto con el que no comulga, en el mediano plazo (si todos se desmoralizan como usted) será el único empleador que exista en el país.
B) También le queda la opción de hacer valer sus derechos, de exigir que se le respeten sus ideas, de permitirse pensar distinto sin que sea víctima de una represalia (política, administrativa o social). Si esta es la opción que escoge entonces debe comenzar por votar el 16 de diciembre porque el 2013 -y los años por venir- serán muy duros para todo aquellos que no usen una camisa roja o no rindan pleitesía a las ideas del comando Chávez.