Verónica Egui / El Universal.- Venezuela ha utilizado los tres mecanismos que existen en Estados Unidos para realizar cabildeo e influir en la toma de decisiones políticas de ese país durante la presidencia de Hugo Chávez. Esto le ha costado a la nación 20.722.646 dólares.

En los catorce años que gobernó el fallecido mandatario, se financiaron discusiones de leyes afines a los hidrocarburos y a países aliados (Irán, Siria, Corea del Norte), se donaron fondos para campañas locales, estadales y nacionales, y se realizó lobby para promocionar su gestión. Incluso ahora, bajo el mando de Nicolás Maduro, sigue destinándose dinero para dichos objetivos.

Pdvsa y su filial Citgo Petroleum, entre 1999 y 2014, han invertido 4.433.933 dólares y 5.483.993 dólares respectivamente en actividades de lobby en el Congreso estadounidense, sumando entre las dos empresas un total de 9.917.986 dólares, de acuerdo a cifras obtenidas por el Centro de Responsabilidad Político Opensecrets.org y Sunlight Foundation, que desglosan la base de datos del Congreso estadounidense.

Mientras que las actividades de cabildeo para promocionar el modelo socialista que promulgó Chávez sumaron 10.682.137,68 dólares, según datos del Departamento de Justicia.

Citgo posee tres refinerías en EEUU: Texas, Illinois y Louisiana; 48 terminales de crudo, 3 oleoductos propio y 6 en conjunto; además de contar con unas 6.000 estaciones de servicios con capacidad de refinación de 750.000 barriles diarios.

Apoyan a los republicanos
Adicional a estas cifras, se pudo conocer cómo Pdvsa, a través de Citgo ha financiado las campañas de los políticos estadounidenses. La filial petrolera ha invertido 107.556 dólares y la propia empresa ha gastado 14.966 dólares en los últimos ocho ciclos electorales del Congreso estadounidense.

Paradójicamente, aunque el discurso socialista no va acorde con la postura republicana, el 60% de esos fondos, 64.600 dólares, ha sido destinados al partido conservador y sus candidatos, mientras que los demócratas han recibido 39.256 dólares, lo que representa el 36,4%; los 3.700 dólares restantes (3,5%) no determinaron filiación política.

A pesar de que el socialismo venezolano y los republicanos estadounidenses no tienen aproximación en el discurso, los une la política de exploración y explotación petrolera, que necesita llevar a cabo el Estado venezolano al ser el motor económico del país.

Cuando se analiza el cabildeo total de Citgo desde 1990, fecha en la que fue comprada por el gobierno venezolano, se visualiza que el país en los últimos 24 años ha invertido 498.930 dólares para dichos fines.

Los mayores fondos han sido usados para promover a los demócratas con 271.706 dólares, el 54,4%, mientras que el apoyo a los republicanos ha sido de 220.179 dólares, 44%, y fondos sin determinar por 7.045 dólares, el 1%, contrario a lo ocurrido en la gestión de Chávez.

Si se analizan ciclos electorales específicos, como el de 2012 donde hubo presidenciales y legislativas, se apoyó: la reelección del presidencia Barack Obama con 10.950 dólares; al senador republicano Mitch McConnel con $10.000 dólares; al Comité Nacional Demócrata con 5.000 dólares; la reelección del gobernador republicano de Texas, Rick Perry con 5.000 dólares, la congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen 5.000 dólares (férrea opositora al gobierno chapista).

En ese mismo periodo, también fueron financiados: el candidato presidencial Randal Terry con 3.300 dólares, el candidato presidencial republicano, Mitt Romney con 2.200 dólares, al candidato presidencial del partido Libertario, Gary Johnson, con 1.500 dólares y el congresista republicano Ron Paul con 902 dólares. En ese ciclo se gastaron 47.347 dólares para dichos fines, 23.800 para los republicanos y 17.500 para los demócratas.

Bloqueo parlamentario
Los reportes del financiamiento de las campañas legislativa en lo que va de 2014 dan cuenta de un aporte de 3.140 dólares, todo hacia los demócratas.

1.500 dólares se han destinado al Comité Demócrata de Louisiana, $1.000 al Comité de Campaña de Senadores Demócratas, y $640 de apoyo directo a la reelección de la senadora de Louisiana, Mary Landrieu, señalada recientemente por el medio Politico de haber hecho un pacto con la filial de Pdvsa, y recibir aportes monetarios para bloquear el proyecto de ley que –promovida por Marco Rubio y Robert Menéndez- busca sancionar a funcionarios venezolanos acusados de violación de Derechos Humanos durante las protestas que surgieron en el primer trimestre del año.

De hecho, al investigar sobre el lobby que han hecho por determinadas leyes, se aprecia que de los 650.000 dólares utilizados en el primer semestre del año, 450.000 dólares están relacionados con la protección de la marca, y monitorear el impacto de las políticas estadounidenses y consumidores de Citgo. El resto ($200.000), se relaciona con las sanciones en contra de Irán.

De acuerdo a Politico, la vocera de Landrieu, Elizabeth Craddock, aseguró que trabajan de la mano de Citgo y temían que las sanciones afectarán en el futuro el envío de crudo a refinar en su sede de Louisiana, causando la pérdida de puestos de trabajo, por lo cual la senadora no apoyaría el proyecto de ley.

Dos empresas fueron encargadas de dicha labor en el Congreso: Squire Patton Boggs, con fondos de 380.000 dólares y Cornerston Government Affairs con 70.000 dólares.

Ambas firmas, aparecen por primera vez este año en la lista de empresas que realizan lobby por Venezuela. Intentamos comunicarnos con los representantes legales de ellas para indagar sobre las actividades que hace en nombre de la subsidiaria, pero Jim Christian, contacto de Squire informó que, la empresa mantiene una política de no realizar comentarios públicos en relación a sus clientes.

Transparencia electoral
El sistema electoral estadounidense está diseñado de tal forma en la que se puede determinar qué persona, empresa y organización financian a cuál candidato, partido, o asociaciones a determinados políticos. Las actividades de cabildeo en Estados Unidos gozan de total legalidad y transparencia en el país.

Antes del 2010, las compañías extranjeras no podían financian campañas federales, solo podían hacer contribuciones estadales, pero hace cuatro años la Suprema Corte estadounidense le dio a las corporaciones los mismos derechos que a los individuos, en la habilidad de gastar libremente en campañas políticas, incluso en la elección de un candidato federal.

Para ese entonces, se criticaba la capacidad de acción que podría tener Citgo, bajo el gobierno de Chávez, “quien ha criticado duramente tanto del dos últimos presidentes de Estados Unidos, que gastan los fondos del gobierno para derrotar a un candidato político de Estados Unidos, sólo por tener CITGO comprar anuncios de televisión que golpean su blanco”, según The Center for Public Integrity, portal no partidista que expone la corrupción y abusos de poder en EEUU.

Los analistas del portal de investigación temían que no fuese solo el caso de Chávez, sino de otros gobernantes, de países como Arabia Saudí, China, Singapur, y cualquier que posee empresas que operan en Estados Unidos logren tener una influencia significativa en la campaña electoral estadounidense.