El próximo año deben escogerse -salvo que el CNE tome una decisión distinta para los comicios de ámbito local- 335 alcaldes, 2.389 concejales, 23 gobernadores, dos alcaldes metropolitanos, más de 300 legisladores regionales y el presidente de la República. 
Aunque la legislación venezolana establece taxativamente la fecha de inicio de estos períodos de gobierno, no existe precisión sobre la fecha en que deben celebrarse. 
El único mandato legal sobre el calendario electoral del próximo año está asociado a la nueva la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales en la cual se establece que no pueden separarse -como ocurrió en los años 2000, 2004, 2005 y 2008- elecciones de un mismo ámbito. En esencia, la ley ordena que las elecciones de concejales se realicen junto a las de alcaldes, y la de consejos legislativos estadales sea paralela a las de gobernadores. La ley, sin embargo no limita que se puedan convocar de forma conjunta elecciones referidas a distintos ámbitos. 
No obstante la tesis que prevalece al día de hoy es que las elecciones de concejales y alcaldes se celebren a finales de 2012, adelantándose la convocatoria de los comicios presidenciales algunas semanas e incluso meses. 

Adelantar los comicios presidenciales puede tener una lectura técnica y otra política. En el aspecto técnico el CNE estaría colocando a finales de año las elecciones más complejas, pero con menos conflicto, convocando el principal evento comicial -técnicamente muy sencillo, pero políticamente complejo- para el inicio del segundo semestre de 2012. 
Desde el punto de vista de movilización electoral, el chavismo puede prever que elegir primero al presidente de la República obligará a los gobernadores y alcaldes progobierno a garantizar la movilización de recursos y electores para el evento comicial, tratando de evitar que se repitiesen los errores en la movilización electoral del referendo constitucional del año 2007. 
Adicionalmente, si continúa el descenso lento, pero sostenido, de Chávez en la aprobación popular no es descabellado suponer que, además de la inyección de dinero a sus planes populistas, se adelante la fecha de los comicios para evitar una caída más pronunciada asociada a los inconvenientes que confronta en resultados de gestión pública. 
Si esta tesis se mantienen pareciera un error que la oposición planifique la escogencia de su candidato presidencial tomando como referencia que los comicios deben realizarse en el mes de diciembre del próximo año. 
Para lo que dudan de la posibilidad de adelantar los comicios, el ejemplo de las elecciones parlamentarias de 2010 es el mejor argumento. El CNE adelantó, sin razones técnicas aparentes, en tres meses la elección de los nuevos parlamentarios. Esta fecha inusual fue la que permitió al chavismo recomponer el cuadro político del país antes del inicio del nuevo período legislativo. 
En este juego de ajedrez solo falta conocer el método de escogencia del candidato que se medirá ante Chávez: ¿consenso o primarias? 
La duda no es gratuita, si el CNE no organiza los comicios de base de la oposición, las limitaciones -especialmente de financiamiento- impuestas por las leyes aprobadas en diciembre de 2010 hacen prácticamente inviable una primaria ámbito nacional en un tiempo prudencialmente corto. 
La carrera presidencial ha comenzado, falta por comprobar que contendor llegará mejor preparado a la fecha que defina el Poder Electoral.