Los venezolanos siguen dudando del liderazgo que ejerce el presidente Nicolás Maduro. Los indicadores de percepción económica, política y de liderazgo del Jefe del Estado reflejados en la última encuesta del Instituto Venezolano de Análisis de Datos (IVAD) indican que se mantiene la percepción negativa sobre la situación del país, incluso entre quienes se autodefinen como chavistas.

Maduro no ha logrado convencer a los electores de que él es quién manda en el país. Según el IVAD, cuatro de cada 10 ciudadanos están convencidos  que las decisiones que toma el Jefe del Estado se limitan a seguir las instrucciones dejadas por Hugo Chávez. Pocos son los que creen (12%) que Maduro ejerce su liderazgo personal, al punto que 16,9% considera que se limita a seguir las órdenes que le imparten desde Cuba, mientras 11,5% cree que improvisa sus decisiones.

Las dudas que existen sobre el liderazgo se trasladan a la valoración del país. Según el IVAD 1,3% de los ciudadanos consideran la situación como “muy estable” y 21,4% creen que es “estable”. No obstante, 54,8% dice que es “muy inestable” y 12% “muy inestable”. ¿Quiénes creen que la situación es “inestable” y “muy inestable”?

37% de los ciudadanos que se autodefinen como chavistas radicales creen que la situación es inestable, mientras que la cifra sube a 40,9% en el caso de quienes creen que es “muy inestable”. Incluso, 36% de quienes aseguran simpatizar o militar en el Psuv coinciden en que la situación es “inestable”.

La valoración de la situación económica del país también es mayoritariamente negativa.  En total 21,4% cree que la situación es regular hacia mala, 28% la cataloga como mala y  18% dice que es “muy mala”. ¿Quiénes creen que la situación es mala?. En este segmento el chavismo muestra más confianza en el gobierno de Nicolás Maduro. Según el IVAD, 23% de quienes se autodefinen como chavistas creen que la situación es regular hacia mala, 13% considera que es mala y apenas 4,7%  creen que es “muy mala”.

Es de presumir que la percepción sobre la situación país está afecta directamente la intención de voto por los candidatos al chavismo. A tres meses de las elecciones municipales el IVAD refleja un “empate técnico” en el voto nacional.  Según sus estimaciones 66% de los ciudadanos está dispuesto a votar el 8 de diciembre. ¿Cómo lo harán?. 37,6% dice que apoyará a los candidatos postulados por el Gran Polo Patriótico, mientras 35% asegura que lo hará por los aspirantes respaldados por la Mesa de la Unidad Democrática.

La paridad en la intención de voto es similar a la que se refleja en los bloques políticos situacionales. Mientras el bloque chavista está integrado por 41,8% de los ciudadanos (36% de chavistas duros + 5,8% de chavistas moderados), el bloque opositor lo integran 39,6% de los ciudadanos (21,2% opositores duros + 18,4% de opositores moderados). En esta distribución de los bloques políticos la cifra de “no identificados políticamente” se reduce hasta 18,6%.

Este panorama, unido al previsible empeoramiento de crisis económica y a las encuestas de ámbito municipal, hace suponer que si las elecciones fueran este domingo existiría paridad en el voto nacional (con leve tendencia a favorecer a la oposición). No obstante, aunque el chavismo lograría ganar el mayor número de alcaldías, la oposición estaría en capacidad de duplicar el número de municipios que domina, llegando a conquistar el triunfo en un tercio de las jurisdicciones, la mayoría de ellas ubicados en el corredor electoral, lo que equivale a decir las municipales más importantes si se considera su población y recaudación fiscal.

Ante lo que podría convertirse en un descalabro electoral del chavismo, el presidente de la República prepara el terreno y advierte “¿Quién dijo que por un concejal más o un concejal menos la revolución se va a perder?” (rueda de prensa en el Palacio de Miraflores del día 9 de septiembre de 2013).

En vista de esta panorama el relanzamiento del Estado Comunal –amparado en las cinco leyes del poder popular aprobadas de formas express en diciembre del año 2010- está claramente concebido para sustituir el previsible avance de la oposición en el ámbito local y frenar cualquier tipo de proyecto regional o local autómono dentro del chavismo.

Como hemos escrito en anteriores oportunidades: La Ley Orgánica del Poder Popular, Ley Orgánica de Comunas, Ley Orgánica del Sistema Económico Comunal, Ley Orgánica de Contraloría Social y Ley Orgánica de Planificación Popular son normas que, aunque desconocen el resultado del referendo constitucional del año 2007, están vigentes y de ser aplicadas íntegramente hacen innecesaria la figura de los concejales y de las cámaras municipales y convierten el cargo de alcalde en una figura meramente decorativa. La duda no es el resultado del 8D, sino cómo hará el chavismo para –tomando la palabra de Maduro- desmontar el actual sistema electoral para sustituirlo por uno de segundo grado en el cual la aspiración máxima sería lograr que la elección del Presidente sea de segundo grado, vale decir: comunidades eligen a los integrantes de los consejos comunales, los concejos comunales aprobados por el ministerio (en vista de su afinidad  ideológica) elegirán a los integrantes de las comunas y éstos a sus representantes antes los parlamentos comunales. En última instancia, de los parlamentos comunales aparecerá el Parlamento Comunal Nacional y del consenso de sus integrantes el Presidente de Venezuela.

Con esta fórmula se lograría eliminar lo que Maduro califica como “la asquerosa democracia representativa”, que en última instancia es la elección con voto directo, universal y secreto.