En condiciones políticas y electorales normales la elección de gobernadores previstas para el 15 de octubre en Venezuela pudiese representar para los adversarios de la Revolución Bolivariana retomar el mando regional del país y tener, por primera vez en más de 15 años, el control sobre la mayoría de las gobernaciones.

Según el análisis del Banco de Inversión Torino Capital los candidatos unitarios de oposición pudiesen ganar, al menos, 18 de las 23 gobernaciones en disputas. No obstante, este tipo de proyección se base en la disposición a votar de los ciudadanos que se autodefinen como opositores e independientes antes de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC).

En su proyección Torino Capital recuerda que en “las últimas elecciones regionales en 2012, la oposición capturó 44,4% del voto nacional, pero obtuvo solo 3 gobernaciones”. En su análisis la firma sostiene que la opinión pública “ha cambiado mucho desde entonces. De hecho, la más reciente encuesta de Datanálisis, correspondiente al mes de julio, indica que la intención de voto para las elecciones regionales favorece a la oposición en un margen de 3 a 1”.

Según el análisis de la firma Torino Capital “asumimos que los votos a favor de la oposición y del gobierno están adecuadamente representados por la participación en la consulta popular del 16 de julio (7,6 millones de votos) y en la elección del 30 de julio (3,6 millones de votos). Para ambos casos, usamos los estimados de nuestras propias mediciones”.

Según estos resultados, la oposición obtendría 67,8% de los votos en las próximas elecciones regionales, mientras el gobierno obtendría 32,2%.

En base a esta simulación, la firma modela un incremento del voto por estado de la oposición proporcional al aumento a escala nacional. En su escenario base, Torino Capital calcula que la oposición podría capturar 18 de las 23 gobernaciones, mientras que el gobierno quedaría con el control de cinco estados (Apure, Delta Amacuro, Guárico, Trujillo y Vargas), en los cuales reside 9% de la población nacional.

Disminuye la motivación
La instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, las dispuestas públicas de la dirigencia opositora por los resultados de las elecciones primarias y las trabas que coloca el chavismo para forzar el retiro de la oposición de las elecciones están afectando la disposición a votar de opositores e independientes, cuya participación es indispensable para materializar el triunfo en 18 gobernaciones.

Los recientes estudios de opinión pública sugieren que el electorado venezolano, especialmente lo que se autodefinen como opositores e independientes aún no tienen claro si participarán en el evento comicial previsto para el 15 de octubre.

Según un estudio telefónico realizado por la firma Delphos durante la primera semana de septiembre 20% de los electores aseguran que acudirán a las urnas para apoyar a los candidatos postulados por el Partido Socialistas Unido de Venezuela (Psuv), mientras 38% asegura que lo harán para respaldar a los candidatos de unitarios postulados por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). En este estudio 13% sostiene que no acudirá a votar, mientras 23% asegura que aún no sabe si asistirá, y en caso de hacerlo desconoce por quién votará y 5% prefiere no emitir opinión.

Para esta elección la oposición no podrá utilizar la tarjeta de unidad que ha empleado en los comicios precedentes. Para blindar a sus candidatos en anteriores elecciones la oposición decidió prescindir de las tarjetas de los partidos que integran a la coalición (Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular, Avanzada Progresista o Un Nuevo Tiempo) para inscribir a sus aspirantes, postulándolos exclusivamente a través de la tarjeta de Unidad de la MUD.

No obstante, para la elección de gobernadores prevista para octubre la amenaza de ilegalización a la tarjeta de Unidad de la MUD provocó que se replanteara la estrategia, decisión que a cinco semanas de la elección la mayoría de los electores desconoce.

Según el estudio de Delphos 18% de los electores que piensan votar por la oposición creen que deben hacerlo por la tarjeta de Unidad, 19% está convencido que en cada estado los candidatos se postularán a través de las tarjetas de las organizaciones que integran a la MUD, 7% sostiene que los candidatos de la oposición estarán postulados a través de la tarjeta de la MUD y de los partidos que integran a esta alianza (AD, PJ, VP, UNT y AP) y 54% reconoce que no sabe cómo votar por los aspirantes de la oposición. En otras palabras: solo 19% de los electores saben cómo votar por los aspirantes unitarios de la oposición.

Según este estudio de Delphos 12,8% de los ciudadanos se definen como “chavistas descontentos con Maduro”, mientras 16% se consideran “chavistas identificados con Maduro”. Por otra parte, 22,6% se define como “opositores que se identifican con la MUD” mientras 29,6%, aunque se consideran opositores, no se identifican con la alianza de partidos de oposición. En el estudio de Delphos 18,8% de los electores no se consideran independientes y no se identifican abiertamente con el chavismo ni con la oposición.

10 gobernaciones el peor escenarios
Las elecciones regionales en Venezuela suelen tener una abstención importante. El promedio de abstención en las tres últimas elecciones de gobernadores (2004, 2008 y 2012) fue de 48%. En ese proceso (2012 después de la última victoria presidencial de Hugo Chávez) los candidatos de la oposición apenas lograron aglutinar 3.886.896 votos, ganado en solo tres de las 23 gobernaciones y perdiendo el control de 22 de las 23 Asambleas Legislativas estadales.

Algunos escenarios elaborados por técnicos y asesores electorales de la oposición en Venezuela alertan del impacto que puede tener la caída en la intención de participación de quienes se dicen opositores e independientes.

Si la oposición no logra incrementar linealmente la votación obtenida en 2012 (3.886.896 votos) pudiese estar peleando (en condiciones electorales normales) solo en 10 de las 23 gobernaciones en disputa.

No obstante, si los candidatos de unidad de la oposición logran aproximarse al nivel de votación obtenido en la consulta popular del 16 de julio (6,9 millones de votos) entonces la alianza política antichavista pudiese estar acercándose a capitalizar el triunfo en 18 de las gobernaciones. Para que la oposición pueda aspirar a ganar las 23 gobernaciones en dispuesta necesita llevar su votación a un máximo histórico de 10 millones de votos, suponiendo que en un escenario de 45% de abstención el chavismo no logra superar la barrera de los 3 millones de sufragios a favor.

No obstante, si uno de cada dos opositores decide no participar en la votación de gobernadores el chavismo pudiese garantizarse mantener el control de 10 gobernaciones y poder disputar el triunfo en las 13 restantes.

Triunfos condicionados
Previendo que la oposición pueda superar la barrera de los 7 millones de votos en la votación para gobernadores, el gobierno de Nicolás Maduro ordenó que la elección de gobernadores se separara de la elección de las Asambleas Legislativas de los estados, cuerpos colegiados sobre los que descansa el control político, institucional y administrativo de los gobernadores.

Amparándose en la Asamblea Nacional Constituyente el régimen de Maduro ordenó mantener en sus cargos (vencidos desde diciembre de 2016) a los legisladores regionales electos en diciembre de 2012, esto significa que si la oposición logra recuperar la intención de voto de sus seguidores y materializa la victoria en los comicios del 15 de octubre, las autoridades electas estarán supeditadas al control de las Asambleas Legislativas que fueron votadas hace cinco años. De las 23 Asambleas Legislativas que el chavismo se niega a renovar, la oposición solo tiene el control de una. En esencia, serán estas instancias las que gobiernen los estados a partir de octubre.