A raíz del artículo de la semana pasada “No hay fraude no detectable” (lo pueden leer en unos post mas abajo) recibí varios correos de lectores formulando nuevas preguntas sobre el supuesto fraude preparado para el 7 de octubre.
Inicialmente debo reiterar que los políticos, militares retirados, articulistas y expertos electorales que más insisten en hablar de teorías de fraude, en su mayoría, están basando sus opiniones en datos suministrados por terceros que desconocen cómo funciona el sistema de votación automatizado que se usa en Venezuela.
No obstante, este tema el de las garantías de que se respetarán los resultados no es meramente técnico. Existe algo llamado la “Traza de papel” que en el pasado se ha convertido en la mejor evidencia de respeto a la voluntad popular. Esta evidencia puede ser cotejada por todos los electores que tengan interés en verificar los resultados del proceso electoral del 7 de octubre.

Podemos resumir la “Traza de papel” en tres grandes pasos:
1) El comprobante de votación es el primer elemento en este caso individual que permite a cada elector verificar que su voto se corresponde con la selección electoral que realizó en la máquina.
2) Cuando culmina la votación y se cierran las mesas, cada máquina imprime el acta de escrutinio con los resultados de la mesa en la que fue empleada. Solo después que se imprime este acta es que se procede con la transmisión de resultados (en este proceso tienen especial importancia los miembros de mesa y testigos electorales de cada candidato) Los resultados de cada máquina se transmiten a la Sala de Totalización del CNE (en el texto de la semana pasada abordamos las denuncias de las salas de totalización paralelas).
3) Después del proceso de transmisión, los presidentes de mesa de cada centro de votación eligen al azar (usando papeles numerados) las mesas que serán auditadas en ese centro (este proceso también debe ser ver verificado por los testigos y miembros de mesa). La auditoría que se realiza en este momento es muy sencilla:
Se verifica que la suma de los comprobantes de votación (que fueron depositados por cada elector en la urna cerrada) sea idéntica a los resultados que se encuentran impresos en el acta de escrutinio y por ende sean idénticos a los resultados transmitidos hasta la sala de totalización del CNE. A pesar de todas las teorías de fraude que existen, hasta este momento no se han presentado casos de auditorias en las cuales se reporten inconsistencias numéricas entre el conteo manual y el acta de escrutinio de la máquina.
4) Evidentemente el CNE totaliza las actas de todas las mesas. Bien sea  por la publicación en la página web, o por la publicación en la Gaceta Electoral de los resultados por mesas, se puede cotejar fácilmente si en la totalización se “sumaron” datos distintos a los que tenían las mesas. ¿Cómo? Comparando el acta de escrutinio con el resultado que totaliza el CNE.

¿Qué puede ocurrir en una mesa sin testigos?
Si no hay testigos de una opción política y con la complicidad de los miembros de mesa antes de cerrar la mesa se puede votar por una opción política específica tantas veces como electores no hayan acudido a sufragar en esa mesa (lo cual reportaría una inusual participación de 100% de los electores). Terminado este proceso se imprime un acta totalmente válida y se transmite.  En este escenario existe una debilidad teórica del sistema, debilidad que puede corregirse con miembros de mesa bien adiestrados, presencia de testigos  y de electores en las auditorías.
Seguramente algún lector estará preguntando: “¿Se pueden “meter” miles de votos adicionales en cada máquina? La respuesta: No. Cada máquina de votación tiene un límite máximo de votos el cual es igual a la cantidad de electores inscritos en la mesa y así es reflejado en el Acta de Escrutinio, técnicamente no es posible votar más veces que la cantidad de electores registrados, y en el supuesto negado que eso ocurriese, se podría detectar fácilmente comparando la transmisión de la máquina con los datos del Tabla Mesa (archivo de infraestructura electoral que tiene el detalle de cuántos electores están habilitados a votar en cada mesa).
No faltará entonces quien refiera la cadena de Blackberry en la cual se asegura que se pueden falsificar los comprobantes de votación. Esto tampoco es posible porque los votos impresos llevan escrito una firma electrónica propia de cada máquina de votación. Si alguien falsifica los comprobantes es muy sencillo diferenciarlos.

¿Conclusión? Se necesitan testigos en todas las mesas y una participación mayoritaria.Paradójicamente esta debilidad del sistema podría limitarse con el uso del Sistema de Autenticación Integrado (SAI), que aunque no garantiza el principio un elector, un voto en todas las mesas, sí podría facilitar que se descubra algún intento de manipulación como el descrito anteriormente en casos en que no existan testigos electorales.
La verificación de la “Traza de papel” ha coincidido en todos los procesos realizados desde 2006. Desafortunadamente es más probable que buena parte de quienes explican cómo será el fraude se hagan eco de la cadena que dice que Fidel cambia los resultados vía PIN, que de las explicaciones que describen cómo funciona el sistema electoral.