El presidente Hugo Chávez no la está pasando bien. El rechazo a su proyecto para reformar la Constitución Nacional sigue aumentando; no obstante, a falta de ocho días para el referendo constitucional, es imposible proyectar qué bloque ganará la consulta popular.
La explicación de esta aparente contradicción es sencilla: Luis Vicente León, director de Datanálisis advierte que, aunque Chávez es minoría, no es el competidor más débil. Diferencia esta campaña a todas las anteriores, porque en los eventos electorales previos, el sector minoritario era a la vez el contendiente más débil.
No obstante, Chávez tiene poder y recursos para intentar revertir el resultado de las encuestas la próxima semana.
La estrategia oficial es simple: Convertir la campaña por el Sí en un evento plebiscitario; endosando la aprobación del Primer Mandatario (aproximadamente de 62%) a la propuesta de cambio constitucional.
“La capacidad de movilización es la clave en un evento electoral -recuerda León-. Nadie puede equivocarse, Chávez no se va a quedar de brazos cruzados”.
Y Chávez no se quedará tranquilo, porque la mayoría de los venezolanos -según la última encuesta de Datanálisis- rechaza la propuesta de modificar la Constitución.
En una elección priva la opinión de las personas que acuden a las urnas sobre el sentir de todos los ciudadanos.
Hace un mes, esa era la mejor forma de describir el panorama electoral venezolano. Empate técnico en torno a la valoración de la reforma, pero eventual victoria del Sí, por la abstención de las personas que se manifestaban en contra.
A ocho días de la consulta popular, la situación es diferente: 44,6% de los venezolanos rechazan la modificación, mientras 30,8% la avalan (ver infografía anexa).
La participación -aunque León advierte que este dato siempre es sobreestimado- se ubica en 58,7% al considerar sólo la opinión de las personas que acudirán a las urnas, 48,9% dicen que votarán en contra, 39,4% lo harán a favor, 9,5% no saben y 2,2% no contestan.
¿Cómo se traducen estos números en el resultado electoral? Si el referendo fuera mañana, probablemente el No obtendría 55,4% de los votos válidos y el Sí aglutinaría el apoyo de 44,6%.
Sin embargo, el referendo es dentro de ocho días. El director de Datanálisis explica que en este lapso pueden generarse cuatro escenarios.
El primer supuesto sugiere que Chávez decide continuar en la carrera electoral intensificando la campaña plebiscitaria, y vendiendo el mensaje que votar No es traicionarlo. En este escenario no importa si el ciudadano apoya o no la reforma, porque el mensaje del Presidente será contundente: El que no vote Sí le está dando armas al enemigo de Chávez.
El segundo supuesto implica que, a pesar del esfuerzo oficial por convertir el referendo en un plebiscito, el efecto bola de nieve se haría imparable, cobrando sentido la tesis de una salida elegante: Suspensión del referendo vía TSJ y convocatoria de una Asamblea Constituyente.
Para León, el tercer escenario está asociado con la intención del Ejecutivo nacional de generar caos, para que los radicales de la oposición “pisen el peine”. El caos provocará un “enredo” en el país que terminará por favorecer la estrategia oficialista. El último escenario que identifica León revive el mayor temor de la oposición: “Chávez puede usar su control institucional para torcer el resultado”.
En caso de que la estrategia plebiscitaria surta efecto, el director de Datanálisis vislumbra un panorama complicado en los meses por venir. “Puede ganar el Sí, pero el rechazo a la reforma es mayoría, lo que implica que la implantación de las medidas que pretende Chávez será conflictiva”.
¿Conclusión? El Si puede ganar, pero el No es mayoría