Explicación del grupo de técnicos del Comando Venezuela que auditan el sistema electoral En primer lugar, es importante destacar que, bajo el Sistema de Voto Automatizado implantado por el CNE en Venezuela desde 2004, el voto siempre ha sido secreto. No existe evidencia alguna que indique lo contrario. Las tristemente famosa lista “Tascón” está conformada única y exclusivamente por ciudadanos venezolanos que, en pleno ejercicio de su derecho constitucional, solicitaron públicamente al CNE en el año 2003, la realización de un Referendo Revocatorio del Presidente de la República. Esta lista no ha sido engrosada ni ampliada, porque no ha habido acceso a más información pública que la generada por esta solicitud realizada por ciudadanos venezolanos.

Para las elecciones presidenciales del 07 de Octubre, se incorpora un dispositivo biométrico, denominado SAI por el CNE, el cual está adosado a la máquina de votación. De esta manera, la máquina conocerá la identidad del elector, lo autenticará, y posteriormente recibirá su voto. Durante las discusiones que ya se ha llevado a cabo entre el grupo auditor y el personal técnico del CNE, se ha revisado los criterios de diseño del nuevo sistema. En esta revisión, se ha determinado lo siguiente: La aplicación que se ejecuta en la Máquina de Votación nunca manipula simultáneamente el voto y la identidad del elector. La identidad del elector es utilizada por un módulo de programación aislado y totalmente independiente del módulo que controla el voto. Existe una barrera claramente definida entre ambas entidades de información.

El módulo que maneja los votos los graba en la memoria de la máquina sin relación alguna con la secuencia con la cual fueron generados. En otras palabras, la aplicación rompe cualquier secuencia de los votos dentro de la memoria de la máquina. Es importante destacar que esto se viene haciendo desde las elecciones anteriores, con resultados satisfactorios. El grupo auditor ha comprobado detenida y minuciosamente que estos algoritmos que rompen la secuencia funcionan adecuadamente, en todas las elecciones anteriores.

El módulo que maneja los registros de la identidad del elector también los graba en memoria sin secuencia definida. Esencialmente, se está utilizando el mismo algoritmo de rotura de secuencia que se explicó para el caso de los votos.

En ningún otro lugar de la memoria de la máquina de votación se realiza registro alguno que combine información que identifique al elector con su voto. Es el compromiso del grupo de auditores y de los representantes de las organizaciones políticas que finalmente acudan a las auditorías del software de la máquina de votación, que verifiquen estas condiciones de diseño del sistema, a fin de que puedan comprobar que efectivamente son así y que la máquina de votación garantiza el secreto del voto.

Cada voto (cifrado) entra en un área “temporal” junto con otros votos que fueron sufragados anteriormente. De esta área temporal, se escoge uno de ellos de forma aleatoria, y el voto escogido es el que finalmente entra a la memoria de votos. De esta manera, la secuencia con lo que los votos son finalmente registrados en memoria no tiene relación alguna con la secuencia con que los mismos fueron sufragados.

A cada voto, como unidad de información, se borra cualquier traza que indique hora y fecha de creación.

Ambos procesos son irreversibles, por lo que es imposible re-establecer el orden de los votos una vez estos pasaron por tales procesos.