Contra todo pronóstico el CNE ha desarrollado la verificación ciudadana ampliada, un proceso que comenzó a perder su sentido cuando el sector que duda de los resultados de la elección presidencial anunció que no participaría. Aunque la revisión ayuda a ratificar que existe “error 0” en los resultados del 14 de abril, paradójicamente no sirve para descartar las denuncias que realiza la oposición venezolana.

¿Qué significa “error 0”? Los resultados de la verificación ciudadana ampliada (así como las conclusiones de la auditoría posterior a una muestra de 0,5% de los equipos y la verificación ciudadana realizada el día de la elección) ratifica que no existen inconsistencias numéricas entre los votos escrutados por cada máquina y los votos totalizados por el CNE.

Esta auditoría es perfecta para descartar las tesis que sugieren que existe una manipulación electrónica de los resultados, sin embargo no permite aclarar las dudas que la oposición y un sector importante de la población tiene sobre la transparencia de los resultados. ¿Para qué realizarla?

Hasta este momento la verificación ciudadana ampliada solo ha servido para comprobar que el sistema automatizado funciona como se espera y para darle “tranquilidad” al CNE. No obstante, la tarea del organismo comicial debería ser la de promover la tranquilidad entre los ciudadanos.

Desafortunadamente en este momento la credibilidad y confianza de los ciudadanos en el árbitro (según los resultados de opinión pública del IVAD, Varianzas, etc.), podría asemejarse peligrosamente a los que exhibía su predecesor: el Consejo Supremo Electoral.

Si la desconfianza sobre los resultados es lo que define aproximadamente a la mitad de la población es una mala noticia, no solo para el árbitro electoral, también lo es para sus proveedores de tecnología y en definitiva para la democracia. Por ejemplo, según el IVAD 47% de los electores cree que los resultados del 14 de abril no son los correctos, mientras Varianzas asegura que 41% está disconforme con los resultados y la actuación del organismo comicial y 11% dice estar confundido sobre los resultados. ¿Por qué no aclarar las dudas?

Tomando como referencia los distintos estudios de opinión pública los rectores deberían enfocarse en demostrar que las denuncias de la oposición son infundadas. Para lograrlo se necesita algo más que la verificación ciudadana ampliada que se desarrolla en este momento, es perentorio que el organismo comicial entregue el reporte de incidencias del Sistema de Autenticación Integrado (SAI) y defina la fecha en la que comenzará la auditoría de no duplicidad de huellas.

¿Por qué son importantes estos dos elementos? La oposición no ha denunciado alteración electrónica de los resultados, como tampoco ha sugerido que los equipos de votación fueron manipulados. Los seis recursos de impugnación presentados ante el TSJ se orientan a criticar y denunciar la nulidad del proceso (de forma total o parcial) en función de la cualidad de los votantes.

En otras palabras: la dirigencia de oposición -y aproximadamente la mitad de los ciudadanos- cree que una porción importante de los votos emitidos a favor de Nicolás Maduro corresponde a electores ilegítimos (por usurpación de identidad, voto doble, etc.).
La única forma de demostrar que 100% de los votos de Maduro -y por extensión de Capriles Radonski- fueron emitidos por electores legitimados para votar pasa porque el CNE entregue el reporte de incidencias del SAI y realice la auditoría de no duplicidad de huellas. Mientras esto no ocurra el “error 0” que promociona el organismo comicial solo servirá para ratificar que el sistema automatizado contó bien los 15.057.992 votos que se totalizaron el domingo 14 de abril, pero no aclarará -a quienes tienen dudas- si efectivamente acudieron a votar 15.055.992 personas.Imagen