Rápido en sus acciones, pero reflexivo, serio antes que bromista, extrovertido, cooperador en vez de conflictivo, con posturas fuertes, preparado académicamente, con experiencia política y adulto contemporáneo; así es el candidato con el que sueñan los venezolanos.
Este perfil fue elaborado por los investigadores sociales John Magdaleno y Roberto Briceño León, integrantes del Laboratorio de Ciencias Sociales (Lacso) quienes sostienen que el país, a pesar de los resultados del referendo Constitucional del 2 de diciembre, se continúa percibiendo de manera distinta en cada una de las tres tendencias en que se pueden agrupar a los electores: chavistas, no alineados políticamente y opositores.
El estudio del Lacso está sustentado en focus group en los que participaron electores de los estratos C, D y E de la población residenciados en Caracas, Maracaibo, Barcelona, Puerto La Cruz, Maracay y San Cristóbal. Entre las conclusiones del estudio se indica que los chavistas, opositores y no alienados políticamente concuerdan en que el aspirante perfecto debe provenir de clase media.
Sin embargo el acuerdo entre los tres grupos no es pleno. Existen dos valores que diferencian los principales anhelos de la oposición, del chavismo y de los no alienados políticamente.
Para el chavismo la edad es un requisito importante para definir al aspirante ideal; no en vano los partidarios del presidente de la República son los que más solicitan que los postulados a cargos de elección popular exhiban madurez.
La experiencia política, aunque se valora en los tres grupos, adquiere mayor importancia en el caso de los adversarios al presidente Chávez, lo que podría suponer un handicap para las candidaturas de los líderes estudiantiles, especialmente porque ésta también es la característica que más valoran los no alienados políticamente, sector que representa, aproximadamente, a cinco de cada 10 electores.
Por contra, en el chavismo la característica que más se anhela no es la experiencia, sino la capacidad para reflexionar.
Los rojos, rojitos piden que el candidato ideal antes que ser reactivo, sea capaz de meditar, razonar, discutir y examinar sus acciones.

Políticos malos
Briceño León explica que las asociaciones libres que realizan los venezolanos para definir el término “política” tienen dos versiones muy diferenciadas. Por un lado se le considera como mala, sucia, llena de trampas y falsedades lo que le convierte en una actividad desprestigiada.
No obstante, para los adeptos al primer mandatario nacional la política se asocia con Chávez, y en este caso es una actividad buena. El investigador resalta que al Presidente “no se le identifica como un político, pues la política y los políticos son los de la cuarta”
Chávez se salva de estar en el grupo de los desprestigiados porque -según Briceño León- “no es considerado como un político, sino como otra cosa: un líder, un sabio, un investigador, un luchador social, de ahí su insistencia en actuar como un líder antipolítico o antisistema”
El estudio cualitativo del Lacso sugiere que al mantener el Presidente una imagen positiva entre sus partidarios no es recomendable -para los grupos que lo adversan- “atacarlo personal ni frontalmente”
Briceño León señala que los venezolanos desean que sus líderes, en este caso los aspirantes a cargos de elección popular el 23 de noviembre, insistan en la tolerancia y el reencuentro.
“Las personas desean tranquilidad y rechazan a los candidatos agresivos, entre ellos Chávez -explica Briceño León- por su lenguaje, porque esperan palabras y políticas reales de reencuentro”
En el caso de los aspirantes de oposición, el investigador les recomienda que apoyen algunas políticas gubernamentales, reconociendo sus bondades, “para que el discurso del reencuentro sea más creíble (…) la oposición debe dar señales más claras de su voluntad para construirlo”

Indicadores para el rechazo
“Cuando ellos están abajo besan y abrazan a los ancianos, a los jóvenes y cuando están arriba dicen: si te he visto, no me acuerdo”; la anterior es una de las frases que emplea Briceño León para presentar los resultados de los focus group cuando se evalúa -entre chavistas, opositores y no alineados políticamente- las características que más le desagradan de los líderes políticos venezolanos.
Entre los generadores de rechazo resaltan las promesas que no se pueden cumplir, el estilo retórico del pasado: “Yo prometo, yo voy a hacer”, la política centrada en la salida inmediata de Chávez, las marchas y no lograr proyectar la imagen de individuos autónomos.
Pautas para la aceptación
Según el estudio de Lacso, los indicadores para que los candidatos logren conectar con los electores están asociados con saber proyectar sinceridad.
Briceño León asegura que los ciudadanos exigen que los aspirantes a cargos de elección reconozcan lo que no pueden hacer; además sugiere que privilegien al país por encima de todo, y que sean espontáneos sin caer en la demagogia.
Para los electores es importante percibir que los candidatos deben trasmitir amabilidad, que exhiban respeto por los ciudadanos, que se lleven bien con el pueblo sin distinción y lo más importante, que son capaces de aportar soluciones creíbles para los problemas que le quitan el sueño a los votantes