La declaración de Nicolás Maduro que podría provocar que los electores crean que el voto no es secreto, la auditoría de no duplicidad, y la entrega de las incidencias del Sistema de Autenticación Integrado (SAI) siguen sin entrar formalmente en la agenda de discusión del Consejo Nacional Electoral.
Aunque se convocó sesión de rectores para ayer, esta no se realizó provocando que continúen sin ser analizadas las tres propuestas que el rector Vicente Díaz intenta que sean discutidas desde el 8 de mayo: 1) Activar inmediatamente la garantía aprobada de realizar una auditoría de no duplicidad de los votantes del 14 de abril; 2) Entregar de inmediato el reporte de incidencias del SAI y; 3) Activar una revisión de los cuadernos de votación de los fallecidos y no depurados del RE.
A falta de una reunión formal las rectoras también han declinado la petición de analizar y pronunciarse en relación con las declaraciones de Maduro quien aseguró tener identificados con nombre, apellido y cédula de identidad a 900 mil personas que el 7 de octubre votaron por Hugo Chávez, pero el 14 de abril no acudieron a las urnas.

900 mil identificados
“Hubo 900 mil compatriotas que no votaron. No estaban claros el 14 de abril, se dejaron llevar por la tristeza (…) 900 mil compatriotas, 900 mil, ya los tenemos, con cédula de identidad y todo (…) y eso significó que la brecha fuera más corta”. Esta declaración de la semana pasada de Nicolás Maduro provocó que a las peticiones formuladas el 8 de mayo por el rector Díaz se incluyera ayer la solicitud de analizar y pronunciarse sobre estas palabras. No obstante, salvo Díaz, ninguna de las rectoras las a valorado.
Técnicos electorales de la oposición reconocen que Maduro podría saber quien no votó (en comparación al 7 de octubre) si el CNE otorgó le acceso privilegiado a los cuadernos electrónicos de votación (que se almacenan en la máquina el día de la votación) o si el PSUV tuvo acceso privilegiado a los datos del Sistema de Información al Elector (SIE) que se empleó en los centros de votación con tres o más mesas.
Estos técnicos aclaran que en caso que el Psuv contrastara los listados de movilización entre el 7 de octubre y 14 de abril entonces solo estaría en capacidad de conocer la identidad de, aproximadamente, 100 mil personas que dejaron de votar. No obstante, ratifican que es imposible vulnerar el secreto del voto.
Con relación a la auditoría de no duplicidad de huellas, la información extraoficial que aportan los técnicos de la Junta Nacional Electoral sugiere que en caso de realizarse -esta auditoría es una de las garantías electorales previas acordadas antes del 14 de abril- el proceso demorará 57 días.
La auditoría de no duplicidad de huellas es una verificación indispensable para poder precisar si las denuncias sobre usurpación de identidad de electores vivos y fallecidos formuladas por la oposición son ciertas.
Los técnicos de la Junta Nacional Electoral aseguran que cuando finalice la verificación ciudadana ampliada (el 4 de junio) el CNE procederá a descargar de las 39 mil máquinas de votación los datos asociados a los cuadernos electrónicos de votación que se generaron el 14 de abril. Este proceso durará aproximadamente un mes, al cabo del cual podría comenzar la auditoría de no duplicidad (principios de julio). Si se cumple con este cronograma los datos que podrían darle la razón a Capriles Radonski -o desmentirlo- no estarán disponibles hasta mediados de septiembre.