Eugenio Martínez // Cilia Flores, Santa Cruz y la abstención

¿Cómo se deben interpretar los resultados del referendo para comprobar si los habitantes del distrito de Santa Cruz avalan su autonomía administrativa del Estado Boliviano? Desde editores de medios impresos hasta voceros del Estado venezolano, como la presidenta de la Asamblea Nacional, Cilia Flores, han alertado que la abstención registrada en esta consulta popular invalida el resultado de la consulta. Razón no les falta.
En primer lugar el resultado de 85% de aceptación que sirvió para encabezar noticieros de radio, televisión y primeras páginas de periódicos es engañoso. Es un número engañoso porque ese no es el resultado oficial, sino la conclusión de exit poll (encuestas a boca de urna) realizadas durante la jornada comicial. Hasta la semana pasada los resultados oficiales eran estos: de Aproximadamente 900 mil electores habilitados para participar en la consulta 36% (324 mil votantes) no acudieron a la cita y 14% (126 mil electores) votó en contra.
En esencia, apenas 550 mil personas avalaron la idea de la separación administrativa. En ese proceso, probablemente a causa del voto manual, se registraron 5% (45 mil sufragios) de votos nulos. En conclusión, utilizando la lógica de editores de medios pro-gobierno y representantes del Estado venezolano 495 mil personas no votaron a favor de la separación administrativa de Santa Cruz, lo que evidencia -aunque fuese una consulta no vinculante- que la abstención desacredita el resultado.
Definitivamente concuerdo con esta tesis porque las consultas populares, bien sea revocatorias, abrogatorias o consultivas deberían tener un quórum de asistencia para evitar que la abstención desvirtúe la interpretación de los resultados. No obstante, si la abstención deslegitima el referendo de Santa Cruz, también debería deslegitimar los procesos electorales celebrados en Venezuela desde 1993.
En este periodo hemos llegado a la esperpéntica realidad de ser gobernados por un Presidente que obtuvo menos votos que la cantidad de electores que no participaron.Como Cilia Flores insiste en la tesis de la abstención deslegitimadora es bueno recordar que en el referendo celebrado en el mes de abril de 1999, cuando los venezolanos debíamos decidir si se convocaba una Asamblea Nacional Constituyente que refundara la República dejamos de participar 6.850.747 personas, es decir 62% de los ciudadanos convocados para votar.
Utilizando la óptica de pensamiento que desacredita el referendo de Santa Cruz a causa de la abstención deberíamos entonces reconocer que todo nuestro proceso político y los cambios desarrollados en los últimos nueve años están viciados porque la ANC -pilar del nuevo Estado- se convocó sólo con el voto de cuatro de cada 10 venezolanos.Los siguientes episodios electorales son más graves. La nueva Carta Magna redactada por la ANC se aprobó sin la participación de 6.041.743 personas; es decir 55,5% de los electores que podían votar.
No obstante, desde el Estado se explica que la Constitución tiene un apoyo mayoritario porque fue aprobada por 87,7% de las personas que acudieron a votar. ¿Este no es el caso, porcentualmente hablando, del referendo consultivo de Santa Cruz?
No debemos olvidar que Cilia Flores, por citar sólo un ejemplo, preside un Parlamento que fue escogido con una abstención de 74,7%, lo que equivale a 10.668.223 venezolanos. Evidentemente de este proceso siempre se podrá contra-argumentar que la oposición se retiró sin razones del evento comicial, ¿pero qué se puede decir de la convocatoria de la ANC y de la actual Constitución?Incluso utilizando el argumento de la presidenta de la Asamblea Nacional -y del resto de voceros oficiales- podríamos caer en el espinoso terreno de la elección presidencial porque Hugo Chávez es líder en dos renglones totalmente opuestos.
En el año 2006 se convirtió en el mandatario venezolano en capitalizar mayor cantidad de votos válidos (62,8%) y a la vez, es el Presidente elegido con el mayor porcentaje de abstención coyuntural (40,6% en el año 1998 y 43,3% en la relegitimación del año 2000) Sin embargo, seamos justos, porque en la elección de 1998 se registró una abstención muy similar a la de 1993 cuando se eligió a Rafael Caldera con la ausencia de 39,8% de los votantes habilitados.
¿Seguimos entonces diciendo que el referendo consultivo de Santa Cruz fue írrito por la escasa participación?
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