La aparición de media docena de presidenciales de oposición no es gratuita. En el año 2000 este rol sólo se “atrevieron” a interpretarlo Francisco Arias Cárdenas y Claudio Fermín. En 2006 pocos se aventuraron a colocar su nombre como eventuales contrincantes de Hugo Chávez ¿Por qué ahora es distinto? ¿Por qué ahora todos se atreven a enfrentarse al Presidente? 
La explicación es sencilla: Por primera vez en una década la oposición tiene números que no le anticipan una derrota ante Chávez. Por primera vez en una década el jefe del Estado no inicia la carrera presidencial con una ventaja casi definitiva. A un año de la elección presidencial ya no luce invencible y en esto coinciden Hinterlaces, Datos, Consultores 21, Datanálisis, e Ivad. 
“¡Los números de GIS XXI dicen otra cosa!”, puede argumentar cualquier ciudadano. No obstante, sería interesante que quienes utilizan los números de la encuestadora dirigida por Jesse Chacón exhorten al exministro a divulgar -aunque sea en su twitter- todos los datos de la encuesta y no sólo las cinco láminas en Power Point que sirven para posicionar una matriz de opinión muy favorable para el Presidente. 
Como los números hacen suponer a la oposición que Chávez dejó ser invencible, todos quieren enfrentarlo. En esencia, hay información que hace suponer que la posibilidad de un relevo en la primera magistratura del país es posible, sin embargo aún falta mucho para poder materializarla. 
Según la última encuesta de Datanálisis -del 25 de abril al 5 de mayo. Error: +/- 2,5%. 1.300 entrevistas- seis de cada 10 ciudadanos aspiran a que exista un cambio de gobierno en 2012. Esta data no puede interpretarse argumentando que seis de cada 10 votarán en contra de Chávez. A pesar de la docena de aspirantes presidenciales de oposición que existen a la fecha sólo tres lucen -al día de hoy- como rivales que pueden enfrentarse a Chávez: Henrique Capriles Radonski, Leopoldo López y Pablo Pérez. 
Según Datanálisis 31,5% de los venezolanos se autodefinen como chavistas. Este dato cobra importancia cuando se recuerda que hace cinco años 47% de la población se identificaba con el Presidente. A partir del referendo constitucional celebrado en el año 2007 Chávez comenzó a experimentar un descenso lento, pero sostenido en su popularidad -la aprobación de gestión es una de las variables más importante para definir la popularidad. Este descenso sólo logró detenerlo y revertirlo entre diciembre de 2010 y enero de 2011 cuando su actuación por los damnificados le valió subir su aprobación, coyunturalmente, hasta 55%. 
Al día de hoy -y sin aún evaluarse el impacto de la Misión Vivienda en la popularidad del Presidente- 49% valora positivamente la gestión de Chávez, no obstante apenas 36% está convencido de votar por su reelección en 2012. Indudablemente existe un deseo de cambio, pero esto no significa -como analizan muchos presidenciales- que cualquier aspirante de oposición puede capitalizar esta aspiración de la mayoría de los venezolanos, especialmente del segmento de los neutrales en el cual siete de cada 10 desconfían del Presidente. 
Aunque todos se creen capaces de capitalizar este descontento, las encuestas indican lo contrario. Al valorar la confianza que generan los presidenciables de oposición en el electorado, Capriles Radonski encabeza las preferencias (39,5% de confianza), le sigue Leopoldo López (32,5%), Pablo Pérez (28%), María Corina Machado (23%) y Antonio Ledezma (19%). Este nivel de agrado es muy similar a los indicadores de intención de voto en las primarias del 12 de febrero. 
Por esta razón las primarias plantean una disyuntiva a los electores de oposición: 1) Elegir al aspirante que más agrade a los sectores radicales del antichavismo. 2) Elegir a quien mejor conecte con los neutrales y el chavismo light. 
Si se valora un cara a cara entre el presidente Chávez y los tres aspirantes mejor posicionados de la oposición en este momento, el Presidente empata -por el error muestral- con Capriles Radonski y le gana por una pequeña diferencia a López y Pérez. Estos son los mejores números que ha tenido la oposición en una década. Sin embargo, aún no son suficientes para ganarle a Chávez, que en un escenario de igualdad puede verse favorecido por su capacidad para mover electores empleando los recursos públicos, además del efecto indirecto que las captahuellas tengan en el sufragio de los seis millones de personas que dependen -directa o indirectamente- de la revolución. 
Si la oposición quiere “cobrar” en 2012 necesita, al menos, elegir a un candidato que conecte con los neutrales y el chavismo light y que además sea capaz de proponer soluciones creíbles a los problemas de los ciudadanos D y E (estratos en los cuales se encuentran 70% de los votantes potenciales). Quien piense que el discurso elitesco y el “Chávez vete ya” es suficiente, sigue sin entender que Venezuela cambió. Cierro además con la frase que suele repetir un querido amigo: “Si Chávez pierde en 2012 no será por falta de dinero”.