La radicalización y la crisis le están pasando factura a la popularidad de Hugo Chávez. A partir del referendo constitucional del mes de febrero, el jefe del Estado ha perdido nueve puntos porcentuales de aceptación. Para Luis Vicente León, director de Datanálisis, el descenso de la popularidad presidencial provoca dos conclusiones básicas: 1) “Chávez está preso de su popularidad; 2) “Tiene que monopolizar la historia que se está contando a través de los medios de comunicación”. Aunque el desconocimiento de las elecciones, el irrespeto a la propiedad privada, la implementación del modelo cubano, la amenaza a la libertad de expresión y el cierre de medios son acciones rechazadas mayoritariamente por los venezolanos, estas acciones son “indispensables para que Chávez se logre mantener en el poder y siga intentando validar su ideología.

No obstante, Chávez ha fracasado constantemente -sostiene León- en vender la tesis de que “lo radical es bueno”. Al rechazo de la radicalización se le une la percepción de crisis. En 2007 -a causa del desabastecimiento- el venezolano se apartó de Chávez, lo que explica el resultado del referendo constitucional de ese año. Una situación similar se produjo entre los años 2001 y 2003, cuando los ciudadanos responsabilizaban directamente al Presidente de los problemas del país. En esos dos años se registran los peores niveles de aceptación presidencial, situación que varió con la aparición de las misiones sociales. Al día de hoy, explica el director de Datanálisis, el Presidente necesita cuidarse de tres elementos básicos: 1) La percepción de que sus acciones son radicales; 2) la crisis; 3) que los venezolanos lo responsabilicen a él, como ocurrió entre 2001 y 2003, de los problemas del país (ver infografía anexa). León aclara que la fortaleza de Chávez se circunscribe a que, a pesar del descenso en la popularidad, continúa siendo mayoría; además, los venezolanos no lo están responsabilizando de los problemas del país y sus adversarios no capitalizan la decepción del chavismo. “El drama de Chávez es que 47% de la población lo rechazan -explica León- el drama de los partidos de oposición es que sólo 9% de la población se identifica con ellos”. Para detener su caída, porque está preso de su popularidad, el Presidente necesita cambiar la historia que están contando los medios de comunicación. Según León, la gente rechaza que se cierren medios de comunicación, pero avala el concepto que vende el chavismo de “acabar con el monopolio radioeléctrico”. El director de Datanálisis aclara que Chávez necesita contar una historia que lo favorezca -como en el caso de la democratización del espectro radioeléctrico- para reducir el costo de su radicalización. Esto no significa que va a cambiar de estrategia, dejando de ser radical, “simplemente va a intentar cambiar la historia; para cambiarla, el Presidente tiene que monopolizar la información que se está contando a través de los medios de comunicación”.