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Los equipos biométricos que el Consejo Nacional Electoral (CNE) aspira a emplear en todas las mesas de votación no sólo serán capaces de identificar a los ciudadanos por sus huellas dactilares; también tendrán la capacidad de procesar los datos de la cédula electrónica que el ministerio para Relaciones Interiores y Justicia planea utilizar en el país.
Según los técnicos de la Junta Nacional Electoral (JNE) con el desarrollo del Sistema de Autenticación Integral (SAI) se pretende “diseñar dispositivos que permitan la autenticación del elector de forma biométrica”, haciendo uso del AFIS (Automated Fingerprint Identification System) comprado por el organismo comicial en el año 2005 e integrarlo con el uso de la cédula electrónica.
Para lograrlo, las nuevas captahuellas -que estarán conectados como periféricos a las máquinas de votación- tendrán integrado un lector de tarjetas RFID (Radio Frequency IDentification).
Las tarjetas RFID se utilizan para identificación remota de personas u objetos (por radiofrecuencia) y constituyen la evolución de los códigos de barra que se popularizaron en el siglo pasado. 
´Como puede observarse en la infografía anexa, las nuevas captahuellas -el CNE proyecta que cada equipo cueste mil dólares- tendrán lectores de impresiones dactilares, una pantalla TFT (cristal líquido) de 3,5″, indicadores LED, conexión USB, y zumbador para señales auditivas en los casos que se requiera emplear con personas con discapacidad.
El proyecto del SAI permitirá que en la pantalla de la captahuella se visualice la foto, número de cédula y nombre y apellido del elector. Las especificaciones técnicas del SAI sugieren que las captahuellas serán capaces de enviar y recibir instrucciones desde (y hacia) las máquinas de votación.
Los técnicos de la JNE aseguran que el uso de las nueva captahuellas evitará que las máquinas de votación sean desbloqueados por electores que no estén registrados en la mesa; además de anular la posibilidad de pre-cargar votos en una máquina clonada para luego transmitir esta información.
La única desventaja aparente que se identifica en el SAI es que impedirán el uso de cuadernos complementarios de votación en 2012.
No obstante, ni los técnicos, ni los rectores tienen aún respuesta para los cambios que deben aplicarse en los reglamentos de votación para normar los casos en los que la identificación de la impresión dactilar no sea posible, o la huella del elector no esté registrada en las bases de datos del CNE.

Cambios en las auditorías
El desarrollo del Sistema de Autenticación Integral obligará al CNE a definir -junto a los partidos políticos- nuevas auditorías al sistema de votación.
Inicialmente debe incrementarse el tiempo que se invierte en la auditoría al código fuente de los equipos. Esta revisión sirve para garantizar el secreto del voto.
Técnicos electores de la JNE consideran que es vital definir una nueva auditorias de “Datos” de la máquina de votación, porque ahora en los equipos de votación se almacenarán las huellas dactilares de los ciudadanos.
Adicionalmente se advierte que la traidicional auditoría de pre-despacho ya no podrá realizarse porque con el nuevo sistema de votación será imposible “simular” todo el ciclo de votación en una máquina seleccionada de forma aleatoria.