Lo trajeron para revolucionar a la galaxia y se lo tomó tan a pecho que la destruyó. Calderón –o mejor dicho, el cuestionado presidente del Real Madrid- le otorgó poderes plenipotenciarios y ante la rebelión de los Jedis –estos somos los sufridos seguidores del Real Madrid- le ratificó en el cargo. No importan las pitas, no importa la incertidumbre –que comienza por la alineación del próximo juego- lo cierto es que Darth Vader y el lado oscuro del fútbol –ese que sólo se basa en defender y esperar que el contrario se marque un autogol- se apoderaron del Templo Jedi, es decir: el Santiago Bernabeu.

Algunos están presos en cúpulas de cristal –ese es Beckham- y otros fueron forzados al exilio –ese es Ronaldo- y el resto sólo funciona como droides mecánicos sin voluntad. Por su puesto, no podemos olvidar el nefasto papel de Ja-Jar-Bins; es decir Mijatovic. El primero fue “engañado” para proponer una moción que otorgara poderes plenipotenciarios al canciller Palpatine y el segundo fue “seducido” por el glamour italiano y trajo a un Sith al templo Jedi.

No importa que te ratifiquen Capello. No importa que los Jedis de las tribunas no puedan derrotarte. Al final, se impondrá el verdadero fútbol…