La velocidad con la que se anuncian los resultados electorales en Venezuela es un tema recurrente de debate.

La última elección presidencial en Colombia -cuya primera ronda coincidiócon dos elecciones locales en Venezuela- reabrióesta diatriba. ¿Cómo es posible que en Colombia, utilizando un sistema con voto manual, se anuncien resultados presidenciales en una hora, mientras en Venezuela, con un sistema automatizado, la totalización de 161 mil votos en dos municipis se demora más de dos horas? Esta interrogante suele invadir a los medios de comunicación y las redes sociales, sin que exista una respuesta oportuna de parte de las autoridades electorales.

Aunque la percepción de los electores venezolanos se orienta a creer que el sistema es “lento” para contar los votos, en realidad Venezuela ofrece resultados oficiales mucho más rápido que Colombia y en general que otros países del Continente.

La primera diferencia entre los sistemas es básica. En Colombia se publican boletines informativos en base a lo que denominan un pre-conteo. Estos resultados que se anuncian no tienen carácter oficial. Así lo hace entender la misma página web donde se publican diciendo “(…) los boletines expedidos por la Registraduría tienen mero carácter informativo y jamás pueden considerarse como documentos electorales que definan una elección”.

No obstante, esta diferencia básica no sirve para calmar las dudas de los electores venezolanos que suelen comparar las tres horas (en promedio) de espera y ausencia de información en nuestro país (con voto, escrutinio y totalización automatizada) con el flujo constante de resultados e información en otros (con voto manual)

El “retraso” que perciben los electores venezolanos no tiene relación con el sistema automatizado. Venezuela cuenta con todas las herramientas tecnológicas para ofrecer resultados inmediatos y en tiempo real. El mejor ejemplo se encuentra en las recientes elecciones locales en en Ecuador, comicios que sirvieron para probar en algunas Dependencias el sistema venezolano. En ese proceso el sistema venezolanos arrojó resultados en menos de una hora, con más de 90% de actas escrutados. En Filipinas, por citar otro ejemplo, la misma tecnología que se utiliza en Venezuela permite publicar resultados en tiempo real y a medida que los centros de votación transmiten la información a los centros de totalización.

¿Por qué lo que se hace en Ecuador y Filipinas no se ejecuta en Venezuela?

Existen dos aspectos del sistema electoral venezolano que influyen decisivamente en la velocidad con la que se hacen públicos los resultados de nuestras elecciones: el marco regulatorio y la cultura política.

Marco regulatorio
El procesamiento de los resultados electorales en Venezuela comienza apenas cierran los centros de votación. Por ello, cualquier reglamento que condicione este acto termina por incidir en la rapidez de los anuncios oficiales.

Según la Ley Electoral vigente en Venezuela los centros de votación deben permanecer abiertos mientras haya electores en la fila. Como consecuencia de la alta participación que caracteriza las elecciones en Venezuela (79,68% en la última elección presidencial de 2013) y los retrasos en la apertura de las mesas que con frecuencia sucede, es común que la votación se extienda varias horas después del teórico cierre legal en caso que no existen electores en fila (6:00 pm).

En este punto es importante destacar que los informes de organizaciones de observación nacional, como las que hicieron observación internacional (hasta 2006) y grupos que han participado del proceso de acompañamiento internacional en los últimos años, alertan sobre la tendencia creciente a que las mesas de votación permanezcan abiertas después de la hora legal de cierre, aunque no existan electores en cola.

Independientemente de cómo y cuán rápido se puedan procesar los resultados, los anuncios no se hacer hasta que hayan votado los últimos electores en las filas.

Por otro lado, la legislación electoral venezolana impide la publicación de exit polls y quick counts antes de que se haga público el primer boletín de resultados. El Consejo Nacional Electoral (CNE), que goza de un monopolio mediático hasta ese primer anuncio, se asegura de que las tendencias de votación sean estadísticamente irreversibles antes de hacer públicos los cómputos. Esto, en teoría, le quita terreno a la especulación; no obstante, el tiempo que se necesita para lograr una tendencia irreversible para anunciar los resultados genera desconfianza en los electores (sentimiento alentado por la altísima polarización del país) que siguen comparando los anuncios parciales de otros países con un lapso de espera sin ningún tipo de información.

Cultura política
Un tema prácticamente desconocido para la mayoría de la población (incluso para muchos periodistas y generadores de opinión pública) es que desde varios años en Venezuela se acostumbra que las autoridades electorales coordinen con los actores políticos la aceptación de los resultados antes de anunciarlos al país. Dicho en otros palabras: los actores políticos suelen ser notificados (en la mayoría de los casos) de los resultados electorales antes que se realice su presentación formal a los ciudadanos.

Este procedimiento, no previsto en la Ley, es producto de la polarización de la país y tiene una incidencia importante en el tiempo en que han esperado los electores para conocer los resultados definitivos de algunas elecciones y procesos de referendo.

Evidentemente, este accionar, que puede ser considerado como un exabrupto, no puede, ni debe asociarse a un intento de modificar los resultados, lamentablemente es parte de la dinámica política del país; aunque sin duda alguna es una práctica que debería erradicarse.

En base a este proceder, la velocidad para dar resultados es inversamente proporcional al margen de diferencia entre las candidaturas.  Por tratarse de un sistema automatizado, cuyos resultados inmediatos son oficiales y vinculantes, el anuncio que se haga tiene una enorme trascendencia política.

El sistema venezolano podría ofrecer resultados en tiempo real, técnicamente no existe ninguna duda. La gran interrogante es si el electorado venezolano está preparado para (en una elección con márgenes pequeños de diferencia) ver en tiempo real tendencias de votación que pueden variar constantemente. Desafortunadamente no existe una respuesta concluyente para esta duda.

El comportamiento electoral venezolano de la última década sugiere que la mayoría de las ciudades grandes e intermedias (zonas urbanas) tienen una tendencia de votación opuesta a la que exhiben las áreas del interior del país. Por razones técnicas es muy probable que los primeros cómputos que se den en tiempo real en Venezuela sean los de zonas urbanas, pudiendo después equilibrarse o cambiar al incluirse los cómputos de las zonas rurales. ¿En un país polarizado como Venezuela es preferible el silencio de varias horas hasta lograr un resultado oficial definitivo y estadísticamente irreversible o mostrar resultados parciales oficiales para calmar la ansiedad política?

Los rectores del CNE debaten este tema antes de cada elección, prevaleciendo la opinión de que es mejor esperar. No obstante, llega el momento en que esta discusión (dar o no los resultados en tiempo real) debe ser más amplia y trascender al organismo electoral.

Para mejorar la velocidad en la entrega de los resultados, hay que adecuar el marco legal y propiciar un cambio en nuestra cultura política. Sin embargo, cualquier cambio pasa inevitablemente por la renovación de los rectores del CNE, autoridades que teniendo un desempeño imparcial y apegado estrictamente a las leyes, podrán guiar la discusión y actualización que requiere nuestro sistema electoral.