Volví a ver un número “0” de la nueva edición de El Nacional. Insisto en mi apreciación inicial, salvo la primera página, el nuevo concepto me encanta y me preocupa (me enteré el viernes que ya no saldrán el 1 de enero, así que la ansiedad continuará)

Me encanta por el concepto de las páginas, el diseño pulcro y el enfoque de las páginas; aunque, en una perspectiva global se parece demasiado a La Vanguardia; además, creo que perdió la identidad en su cabezal. Pero, obviando esos detalles, la valoración es muy positiva, especialmente si lo comparo con El Universal.

También me preocupa. Me preocupa porque trabajo en la competencia directa, y creo -con toda honestidad- que su concepto periodístico nos traerá muchos dolores de cabeza a los que estamos en la esquina de Ánimas.,

A pesar de las taras y los problemas que tienen los que conviven en Puerto Escondido, creo que su producto está correctamente trabajado y gerenciado editorialmente y no están “inventando”, ni redescrubiendo el periodismo. Habrá que ver como crece el producto; aunque, le auguro más éxito que al modelo “localista” de El Universal.

Evidentemente también veo el rediseño de El Universal y El Nacional desde la perspectiva de un especialista en Desarrollo Organizacional (es decir, en procesos de cambios) y no puedo sino lamentarme que El Universal no tomara en cuenta la opinión de las personas que trabajamos en la redacción…y El Nacional, al contrario, involucrara a los reporteros, editores (es decir, a los que escriben) en la discusión del nuevo concepto periodístico de la empresa.

La forma en que se gestionan ambas empresas y la metodología para desarrollar sus procesos de cambios demuestran la importancia de “escuchar” lo que piensa tu personal.

En fin, esperemos por el nuevo concepto de El Nacional, que acá desde la esquina de Ánimas continuaremos luchando contra la “pildorización” de la información.