El equilibrio entre la vida real, profesional y la vida virtual cada vez es más complicado de mantener. 69 millones de personas, que podríamos ser catalogadas como nuevas versiones de Drosophila Melanogaster estamos dentro de la red social (www.facebook.com) sin posibilidad real de salir, expuestos a ser bombardeados por publicidad globalizada, campañas políticas y condenados a emplear las aplicaciones que programadores de todo el mundo prueban constantemente en nosotros. Si usted vio las películas El Cubo, El Cubo 2 o Hipercubo, el Facebook se le asemeja bastante, claro, sin los asesinatos.
El Facebook es actualmente (según el contador Alexa) la sexta página de internet más visitada del mundo y la cantidad de usuarios que tiene registrados se incrementa a un ritmo de dos millones diarios; desafortunadamente la cifra exacta de personas que se han dado de baja, o mejor dicho, que piensan haberse dado de baja, nunca ha sido divulgada. Con este ritmo de crecimiento se puede inferir que antes que culmine el 2008 más de 200 millones de personas habrán ofrecidos los datos de su tarjeta de identidad, fotos, videos y preferencias de consumo a los tres administradores de la red social, datos que después de cargarse al perfil de usuario pasan a convertirse en dominio público.
Para los teóricos de la amistad la situación no puede ser más complicada. Aunque muchos argumentan que gracias al Facebook se han encontrado con amigos que tenían 20 años sin ver, lo cierto es que la red social desvirtuó este concepto provocando una competitividad, como mínimo, preocupante. Ya no importan qué tan buenos sean tus amigos, o si estuvieron a su lado en las buenas y en las malas, sino cuántos cientos o miles de amigos tienes registrados en tu perfil; eso sin contar que cada aplicación te “invita” a reclutar a más “amigos”, en otras palabras, vales por la cantidad de amigos que reclutes.Comentario al margen para los defensores de la amistad vía Facebook: si tenía 20 años sin ver a una persona, ese individuo ya no califica para el término de amigo, es un total desconocido al que le está permitiendo, especialmente los más despreocupados con la intimidad, acceder a toda su información personal.
“Gracias al Facebook se han logrado manifestaciones maravillosas como la marcha mundial en contra de las FARC”. Cierto, algo bueno debe tener la aplicación. Sin embargo, la popularidad de este grupo compite con otro un tanto sarcástico: “Nos van a botar del trabajo por culpa del Facebook”.
“Gracias al Facebook no olvido los cumpleaños”. Cierto, no hay mejor forma de quedar bien con las amistades que tenerlas registradas en la red social para que vía correo electrónico te avisen desde tres días antes, seguramente para que compre el regalo, que se aproxima el aniversario de nacimiento de fulanito de tal. No obstante nada es gratis, por este servicio usted debe soportar constantes mensajes del estilo: Evelyn quiere morderlo, fulanito de tal pagó dos dólares para que usted sea su perro y una larga lista de mensajes y aplicaciones sin sentido.
Hay mucho más. Su rostro, su cuerpo (desnudo o no), sus hijos, sus mascotas, sus amigos, sus ex relaciones, sus borracheras, barrancos, accidentes domésticos, todas las imágenes que existan de usted pueden estar en la red social y son visibles por sus amigos y por los amigos de sus amigos. Según los administradores de la red para finales del año 2007 existían 1,7 mil millones de fotos de usuarios, lo que se traduce en más de 160 terabytes de almacenamiento de información.
Para aumentar la privacidad esta semana los administradores del Facebook hicieron pública una nueva herramienta que aumenta la privacidad sobre los elementos que integran su perfil, no obstante continúa sin tener control absoluto de las imágenes que se divulguen sobre usted en la red; además depende que todas las amistades que poseen fotos de usted (generalmente bochornosas e indecorosas) sean cuidadosos con sus perfiles de privacidad y no permitan que los amigos de sus amigos y todas sus redes accedan a sus fotografías.
“¿Quiere salirse del Facebook?” Mala decisión. Si se desincorpora nunca podrá saber quién está colgando y taggeando fotos de usted en la red. No obstante puede atreverse y tratar de olvidarse del asunto, pero correrá el riesgo que al llegar a la oficina en vez de saludarlo con un hola, sus compañeros le digan: ¿viste la foto que colgaron en el Facebook?
¿No le importa desentenderse del Facebook?, entonces elimine su perfil, pero tenga claro que no podrá llevarse todas las fotos que en un momento de locura, competencia o de delirios de amistad decidió compartir con el mundo, porque ahora esas fotos, videos, comentarios, etc., son del dominio público.
¿Usted duda que el Facebook sea un inmenso laboratorio para probar aplicaciones y experimentar con nuevas formas de publicidad? Detrás del Facebook hay tres nombres clave: Mark Zuckerberg (el creador de la red social), Peter Thiel y Jim Breyer, estos dos últimos reconocidos inversionistas de capital de riesgo de Silicon Valley. ¿Cuánto vale el Facebook?, aunque para algunos analistas la cifra es desproporcionada, la red social está valorada en 5 mil millones de dólares. Definitivamente se puede ganar dinero con la amistad